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Cómo hacer que la mesa de Navidad sea la protagonista

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Protocolo mesa navidad

No hay duda de que muchos de los mejores momentos que tienen lugar en Navidad ocurren en torno a una mesa. Una mesa que, a diferencia de cualquier otro día, se convierte en la gran protagonista, por lo que tiene que estar vestida y servida como la ocasión lo merece. Piensa que la mesa es la primera impresión que se va a llevar el invitado una vez entre en el comedor.

Lo primero que hay que tener en cuenta es el mantel. “Por supuesto el mantel tiene que estar impoluto y si le pasamos una plancha antes de ponerlo, además de vistoso será mucho más seguro ya que una arruga de una doblez nos puede jugar una mala pasada con una copa”, comenta Isabel Aires directora de Aires News Comunicación. “Además, como es un día especial es el momento de sacar la cubertería, vajilla y cristalería ‘buenas’ y evitar esa fuente con desconchón que usas en el día a día”, añade Isabel.

«Jamás se debe poner un plato hondo sin uno llano debajo»

“Dicha mesa debe contar con todos los elementos necesarios “como son los cubiertos y ordenados de manera adecuada -de fuera hacia dentro según se van a utilizar- y distintas copas para vino blanco, vino tinto y agua”, comenta María Alcaide responsable del catering Domenico. Una mesa de Nochebuena o Navidad es la ocasión perfecta para poner un bajo plato, que debe permanecer puesto durante toda la comida y, si se van a servir aperitivos, es encima de él donde se debe colocar un plato llano o de postre para los mismos. “Por supuesto, jamás se debe poner un plato hondo sin uno llano debajo y uno de los errores más comunes es la colocación del pan: siempre tiene que estar a la izquierda del comensal”, comenta Isabel Aires.

 

¿Qué decoración es más adecuada para la mesa en Navidad?

Al margen de todo lo necesario para comer, pide algo de atrezo. Y decimos algo porque hay que tener en cuenta que en esos momentos son muchos los elementos que van a convivir en el mismo espacio por lo que, a la hora de elegir decoración, hay que pensar que no moleste a la hora de comer. “Poner centros de mesa excesivamente grandes, que incomoden la vista de la persona que tengamos enfrente, no es agradable”, comenta Isabel Aires.

“Este año las celebraciones van a ser diferentes, vamos a ser menos y nos vamos a sentar con nuestro núcleo más cercano por lo que hay que crear un ambiente familiar cálido reforzado con verdes naturales y velas”, aconseja Sara Cores de la empresa Cercis Arte Vegetal. Y añade: “Rescatar adornos del armario y darles una segunda oportunidad puede ser una buena idea, igual que colocar un detalle divertido e inesperado sobre el plato, como puede ser una mascarilla personalizada”. Aunque las velas son una constante en estas mesas, Isabel Aires sostiene que hay que evitar “las aromáticas para evitar que maten el sabor y olor de los alimentos”.

El vino: consejos para triunfar en la mesa

Uno de los momentos que más confusión suele traer es el relacionado con el vino. “Antes de nada no hay que dar por hecho que primero se tomará un blanco y luego un tinto o seguir el maridaje que se haya previsto para el menú, porque puede haber algún comensal que quiera seguir con el mismo toda la noche, por lo que lo primero a tener en cuenta es contar con suficiente de cada uno de ellos”, comenta la fundadora de Aires News Comunicación.

“No hay que dar por hecho que primero se tomará un blanco y luego un tinto”

Isabel Aires, preparando la mesa de Navidad.

“También es importante la temperatura del vino. Lo ideal es darle unos grados menos, aunque sea un tinto, porque si tenemos en cuenta que hay que sacarlo, servirlo y que en las casas hay calefacción, se suele calentar. Para blancos, champagne, cavas… queda muy vistoso poner cubitera e ir sirviéndolos de ahí para que siempre estén fresquitos” añade Isabel Aires. Para María Alcaide, a la hora de servirlos, “primero, los más suaves de menos cuerpo y graduación y después los más intensos”. Y, por supuesto, si hay varios vinos, “hay que poner una copa para cada uno de ellos. En caso de no tener suficientes, habrá que disponer de un recipiente para poder envinar las copas”, apunta Isabel Aires. Y un detalle importante: “si algún invitado ha traído vino en algún momento hay que sacarlo en muestra de agradecimiento”, señala Aires.

Lo ideal es darle unos grados menos, aunque sea un tinto, porque si tenemos en cuenta que hay que sacarlo, servirlo y que en las casas hay calefacción, se suele calentar.

Como gran especialista en gastronomía y vinos, Isabel Aires considera que, a la hora de maridar “hay que ponérselo fácil a los invitados. A mí me gusta comenzar con un champagne o cava blanco o rosado para el aperitivo, aunque también ofreceré un vermú o un vino generoso. Después blancos suaves para pasar luego a blancos con fermentación en barrica, tintos más jóvenes y de ahí a tintos con crianza o reserva”. Y puntualiza: “Si el plato principal es pescado daría a elegir a los invitados volver al blanco con barrica para acabar con cava o champagne del principio o un vino dulce”.

Por su parte, desde el catering Domenico recomiendan “para el pavo un vino blanco como Gravonia 2015 con D.O. La Rioja que gracias a sus 48 meses en barrica es un vino con cuerpo para este tipo de carnes y para el marisco, un vino blanco fresco como Hermanos Lurton de D.O. Rueda”.

No hay que olvidar que la presencia de la covid-19 este año también va a determinar muchos aspectos de las celebraciones, así, Isabel desaconseja “presentar la comida a modo de bufé porque en estos casos se suelen confundir copas, cubiertos… y ahora es importante que cada uno tenga bien identificado los elementos que utiliza para comer”, a lo que hay que añadir que el riesgo de estar de pie hace que haya más contacto entre los presentes y sea más difícil mantener la distancia de seguridad. “Que estén todos los invitados sentados y los anfitriones se encarguen de servir y recoger el menú seleccionado, que además sea individual, sin muchos platos a compartir, es más seguro”, apunta Aires. Y, para terminar, Isabel apunta que es importante evitar ese momento de “¿dónde me siento? Si somos buenos anfitriones habremos previsto el lugar de cada uno”.

Ahora solo falta saber ¿quién pone la mesa?

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