Colegio Oficial de Enólogos de Castilla-La Mancha

Nos encontramos ante un reto muy delicado, una situación difícil que puede dar lugar a falsas expectativas y frustraciones si no se acompaña de un apoyo real y comprometido por parte de todo el colectivo de enólogos.

No cabe duda que la creación del Colegio Oficial de Enólogos supone la aspiración de un buen número de profesionales que día tras día, mes tras mes y año tras año, han estado ejerciendo una profesión maravillosa de las llamadas vocacionales, debido a la necesidad de estar dotado, no sólo de conocimientos técnicos y científicos, al igual que otros estudios universitarios de los denominados en la actualidad "de grado", sino que, para poder realizar un buen trabajo hay que tener cierto toque artístico y de saber hacer, imprescindible para obtener un vino de máxima calidad, siempre teniendo en cuenta las uvas y los medios de la bodega. Muchas veces resulta impagable la responsabilidad, la cantidad de horas que se echan, no sólo dentro de la bodega sino fuera, pensando sobre la misma. Es por tanto una deuda pendiente que tenía la sociedad con los Enólogos.

Es Castilla-La Mancha quien se ha adelantado en esta labor, no sólo en España, sino en el mundo, lo cual no deja de suponer una importante responsabilidad para esta región. Nos encontramos ante un reto muy delicado, una situación difícil que puede dar lugar a falsas expectativas y frustraciones si no se acompaña de un apoyo real y comprometido por parte de todo el colectivo de enólogos. Pero había que llegar hasta aquí, después de más de 25 años trabajando duro, con el reconocimiento de la habilitación a todos los enólogos de toda España, que después se trasladó a las comunidades autonómicas para que cada una lo adaptase “a su forma”. Esas cosas que suceden en esta España y que son inimaginables, sin ir más lejos, en nuestro vecino Francia.

Nos encontramos en estos momentos con que Castilla-La Mancha tiene colegio y en el resto de autonomías ni está ni se le espera, por el momento, pero estoy seguro que debe servir de acicate para que otras comunidades sigan el ejemplo. Aprovecho pues para felicitar a Luis Jiménez, presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha, por su destreza y buen ojo y por contar con buenos asesores (principalmente el abogado Ángel Ramírez) que le han ayudado a llevar a buen puerto lo que comenzó hace cuatro años. Finalmente, el tiempo le ha dado la razón.

Pero con esto no termina una etapa, sino que se abre una nueva que hay que llenar de contenido, algo que en mi opinión también será labor del nuevo presidente de la Federación Española de Asociaciones de Enólogos, Santiago Jordi Martín, al que felicito y deseo lo mejor, sabe que tiene mi apoyo personal para colaborar en lo que él estime, tiene un lugar donde agarrarse y seguir el camino que le han marcado las circunstancias para que, más pronto que tarde, se desarrollen los colegios de enólogos que sean adecuados, y que para que, por supuesto, se realice el Consejo General de Colegios de Enólogos de España. Me atrevo a decir también que habría que estudiar la posibilidad de abrir temporalmente la habilitación, junto al Ministerio de Agricultura, para que dentro de lo posible no se quedase nadie fuera del colectivo

Entonces empezaremos a oír temas tan apasionantes para la profesión como “La ordenación del ejercicio de la profesión y la defensa de los intereses de los colegiados, velar por el cumplimiento de una buena labor profesional mediante unos estatutos que marcan las pautas de actuación y que contribuyan al bien social de la profesión, visar los trabajos profesionales de los colegiados para comprobar la identidad y habilitación profesional del autor del trabajo, la corrección e integridad formal de los documentos a presentar” palabras emitidas por la consejera de Agricultura D. Maria Luisa Soriano, a la cual también felicito por su rapidez y sensibilidad por la profesión de la Enología, a las pruebas me remito.

Por último hacer una petición, no debemos llenarnos de circunloquios e historietas que no vayan a ningún sitio, hay que centrarse en que las cosas vayan directas a los enólogos y que este colegio sirva para lo que ha sido creado, para el bien del sector vitivinícola y por supuesto para los enólogos, máximos garantes de este mundo tan apasionante que es el vino.

Vicente Sánchez-Migallón Sánchez-Gil

CEO Grupo Pomona Keepers S.L. ,  ex-Presidente Unión Internacional de Enólogos.