Maniqueísmo Injusto

Pocas veces he leído tantos comentarios injustificados juntos como en los artículos “Castilla-La Mancha, ¿hacia el fin? y “La Mancha vuelve al granel”), publicados en “elmundovino.com”, que, pese a tratarse de artículos de opinión, no vienen firmados, algo que no es para nada elegante y que es impropio de un medio nacional, a no ser que sea la líne

Más allá de su carácter agorero, habrá que decirle “a quien sea” que nunca es bueno generalizar, máxime cuando hablamos del “mayor viñedo del mundo” y de más de la mitad de la superficie de la plantación vitícola nacional. Y, tratándose de estas dimensiones, desde luego, conviven –como en botica- numerosas calidades de vinos y también algunos de los mejores parajes de nuestra piel de toro, con una tradición antiquísima de la que no pueden presumir muchas zonas de producción actuales.

De otra forma, esta región no habría “monopolizado” los “grandes pagos de España”, hasta la irrupción hace escasos años del primer pago legalizado fuera de Castilla-La Mancha: Señorío de Arínzano (Navarra). De ahí que no creo que el Marqués de Griñón (Dominio de Valdepusa), Manuel Manzaneque (Finca Elez), Marcial Gómez Sequeira (Dehesa del Carrizal) y un largo etcétera (Campo Martuela, Pago Casa del Blanco, Sánchez Muliterno, etc.) estén equivocados. De lo contrario, personajes como Alejandro Fernández –que con su “denostada” variedad Airén, ha elaborado un magnífico vino en el que ha jugado con su propio nombre “Alejairén”- hubieran apostado por Campo de Criptana (Ciudad Real) para elaborar “El Vínculo”, o ni Osborne ni González Byass se habrían adentrado en tierras de Toledo.

El propio Víctor de la Serna, muy ligado a El Mundo, inició en La Manchuela Conquense su propio proyecto Finca Sandoval y de Cuenca ha sido el vino que ha promocionado a Fernando Alonso en todo el mundo mundial, aunque no me explico el odio que tiene a esta comunidad como elaboradora de vino, donde Andrés Iniesta también ha colaborado de forma palpable para prestigiar los vinos de la zona.

En mi opinión, no es para nada justo decir que en el caso de Castilla-La Mancha “todos los intentos” –según él o ella- son “los desafortunados intentos de competir en tempranillos con la mitad norte de España –que es donde esa casta, dotada de poca acidez y necesitada de frescor, mejor se expresa”. No sé si esto puede obedecer, en parte, a que grandes directivos de El Mundo son propietarios de Bodegas Montecastro, fundada por Juan Tomás de Salas con Pedro J. Ramírez -y que creo que también tiene el apoyo de Julio Iglesias-, una pequeña firma de la DO Ribera del Duero.

Muchas veces digo que en la vida no se puede tener todo y, si bien es cierto, que la acidez en el norte de España va ligada a unos ciclos de envejecimiento largos y a una mayor supervivencia en el tiempo, en ocasiones se ve rezar a muchos bodegueros en octubre porque la uva Tempranillo –que se llama así por ser de ciclo corto y que recibe más de diez nombres en toda España- aún no está madura, cuando las numerosísimas horas de sol del centro de la península hacen que esté en condiciones óptimas a principios de agosto. Luego a la hora de “crear” un gran vino hay que jugar con la variedad, pero también con las prácticas culturales y de elaboración, el suelo, el clima, etc.; y, afortunadamente, en nuestro país conviven excelentes vinos. De ahí lo bueno de la diversidad y de que cada vino sea auténtico y fiel representante de su terruño.

Por cierto, que para aquellos que sufren de “riojitas” o “riberitis”, les chocará que hace unos años, La Semana Vitivinícola publicó un estudio científico en el que se aseguraba que los clones más auténticos de la Tempranillo –o Cencibel como nos gusta decir en esta zona- se encontraron en la zona de Valdepeñas, algo que puede romper muchos moldes, clichés y prejuicios injustos establecidos.

Si hubiera argumentado más, y no tratado sólo de importunar a miles de familias y profesionales que viven del vino por estos lares, podría haber dicho que en Castilla-La Mancha se ha pagado primero por arrancar, luego por plantar variedades mejorantes; y, por último, para volver a arrancar, sin tener en cuenta que la vid es un ser vivo que es productivo desde los 3-4 hasta los 40 años de promedio. Y si que es verdad que a los políticos de la región se les llena la boca al hablar de vino ahora que hay época de bonanza, siendo la Exportación, y más en concreto, la vinícola, uno de los principales argumentos de la Cospedal. Huyo del trinfalismo de los políticos y he criticado a los que no apuestan por la calidad o a los que amparan que se esté bajando el precio de los graneles hasta en un 14 por ciento porque se van a comprar el vino al Cono Sur.

Pero es que en su artículo utiliza la argucia de “alguien me ha dicho” o cita usted a una revista que es la primera vez que la oigo para decir que un viticultor de no sé qué zona de Cuenca lo está haciendo muy bien primando la calidad, pero aventurándose a decir que son “posturas muy minoritarias”. Me gustaría saber qué trabajo de campo hay detrás de estas manifestaciones.

También dice que por Almagro, en Ciudad Real, hay zonas que son casi desiertos, desconociendo que son zonas volcánicas, pero, que, además, precisamente la vid contribuye a que no sean auténticos desiertos muchísimas zonas de Castilla-La Mancha, algo por lo que este cultivo ha ayudado a contribuir a preservar el medioambiente y también a generar población y a generar riqueza desde hace siglos. Pero, es más, si hablamos de más de un millón de hectáreas, desde luego poco tienen que ver los vinos hechos con Bobal, en una zona limìtrofe con Levante, con un clima, un suelo y una variedad totalmente diferente, de otros que puedan elaborarse en los Campos de Calatrava o de Montiel en Ciudad Real.

Dice que es una pena que se estén perdiendo viñas en Aragón, Murcia o Valencia o que, sin ningún contenido empírico ni racional, en Castilla-La Mancha “muchas viñas viejas estaban deterioradas y no daban calidad”. Siempre se ha dicho “dale a tu hijo de beber vino de viñas viejas” y no sé si es acertada la aseveración de “elmundovino.com”. Pero, además, si somos amantes del vino español, nos debe dar la misma pena el abandono de una viña en Almería que en Cangas del Narcea, por citar algún lugar.

Además, liga la calidad a la conducción de la vid en vaso o en espaldera, cuando eso depende de otros muchos factores, como la masa foliar o la exposición al sol y la orientación. Muchos expertos abogan por la espaldera, sistema que no está reñido con prácticas como la vendimia en verde. En la vida no es todo blanco o negro, hay muchos matices que nos hacen no ser “maniqueos” y “partidistas” y tratar de persuadirnos y convencernos con opiniones, pero también con datos.

Y sepa usted que con la energía nuclear se hacen bombas, pero también electricidad. Y, de paso, si augura el fin de la viticultura en Castilla-La Mancha, podría decirnos también cuándo vamos a salir de la crisis o cómo podemos hacerlo…

Nota: Los artículos a los que se refiere el autor son los siguientes: ¿Castilla-La Mancha, hacia el fin? y La Mancha vuelve al granel, ambos publicados en elmundovino.com