¿Y si juntamos los culos?
La mostra que anuncié la semana pasada ya ha acabado. Desde el jueves que fue la inauguración hasta este lunes que fue festivo en Valencia, han pasado muchas personas. Muchas. Era la feria popular del vino en la capital del Turia, donde la gente sin ser profesional puede catar diferentes vinos de la zona.
El jueves empezó con la visita de los diferentes medios de comunicación locales. Era el pistoletazo de salida e inauguración. Ya desde el principio se gestaba el éxito. Y tanto que se olía. Es una feria que se celebra en los jardines del río en Valencia. Un lugar agradable que de forma habitual está lleno de runners y gente paseando. Además, el ruido de la música en directo, y la de las propias bodegas expositoras, nunca molestará a ningún quejica. Es una ubicación excepcional para este evento.
Durante el fin de semana las colas para comprar los tickets eran infinitas. Los pasillos interiores infranqueables. Era peor que intentar avanzar frente a la selección neozelandesa de rugby. Pero no pasa nada. La gente estaba contenta. Los asistentes alegres de conocer y probar vinos desconocidos. Los expositores ilusionados por las ventas y de dar a conocer sus marcas.
Había mucha gente bebiendo vino. Ello me hizo sonar la campana. Así que empecé a preguntar. En especial a la gente de mi rango de edad. Los millenials. Me agazapé como el reportero más dicharachero, pero sin micrófono en mano, y les soltaba la pregunta "¿Qué tipo vino te gusta beber normalmente?". Las respuestas eran variadas, pero básicamente la gente se disculpaba por no saber qué vinos eran buenos. "Es que prefiero un vino facilito de beber", decían. Yo no entiendo de esto.
Es mi particular guerra. ¡Y qué mas da si sabes o no de vinos! Que te guste el crianza, la madera, el vino dulce, la sangría o el kalimotxo. O de si lo bebes en copa de cristal, en vaso chato o en vaso de plástico. ¡Disfruta del vino! Lo pruebas, lo bebes, y lo disfrutas.
Y si coges la copa por el globo no iré a molestarte para decirte que lo haces mal. Eso sí, si me preguntas, te responderé qué puede ser mejor. Intentaré recomendarte lo mejor que pueda.
Y es que el vino triunfa. Y si no, que se lo digan a los expositores que una hora después de la hora oficial de cierre, al intentar bajar las persianas no podían. La gente de alrededor se agolpaba para conseguir una última botella para alargar la fiesta. Aquello parecía una melé de rugby, el comienzo de las rebajas, un ataque zombi, todos alargando sus brazos por conseguir una preciada botella.
Pero lo que más me sorprendió ocurrió cuando recogían el stand en donde estuve presente. Al recordarlo aún me sorprendo, y me río. La caseta de esta bodega expositora tan solo contaba con las botellas vacías. Con este panorama, se acercaron dos chicas de aproximadamente 30 años. Muy educadamente nos pidieron de una determinada marca; una última degustación. Al decirle que ya se había acabado todo y que estábamos recogiendo, me dijo: ¿Y si juntamos los culos? Tal vez dé para dos copitas.
No daba crédito.
El vino mola y lo sabes.
Arturo Blasco
Enólogo
|
Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
Suscribirse
Reciba nuestras noticias en su email