Alpendre 2012 Vs Bap Kennedy

Ciclotimia climatológica: esa afección que sufrimos en Galicia a lo largo de todo el año y que se radicaliza en periodos ‘de entretiempo’; en los cuales, mientras el mundo cambia paulatinamente de sensación térmica, en el norte experimentamos una esquizofrenia que nos obliga a intercalar el chubasquero con el bañador con una pasmosa naturalidad.

Este es uno de esos momentos.

Hace apenas un mes que enterramos abrigos y paraguas extrañados de que unos desconocidos 33º insistiesen en quedarse tanto tiempo. Y como si ellos mismos hubiesen sentido que molestaban, hace una semana se marchaban rudamente dejándonos de nuevo sumidos en las lluvias y el frío otoñal. Que si no volvemos a la calefacción es por el orgullo de que “hombre, si el verano ya está ahí”.

No pasa nada, cuando sobrevives a 50 días de lluvia perenne ‘y aun podía ser peor’, la ciclotimia solo es molesta para el que te rodea. Uno mismo se acostumbra y casi siente que ya no sabría vivir de otra forma, sobre todo si aprendemos a acompañar estos momentos con música y vino. Aunque también a esto afecte la ciclotimia..

Por ejemplo, incluso el más curioso de los amantes del vino que no hace distinción entre blancos, rosados o tintos, cambia sus hábitos durante el crudo invierno gallego. Difícilmente puede apetecer un albariño cuando fuera el mundo se acaba y el alma te pide refugio en el calor de un tinto. Por el contrario, con la llegada del sol, el marisquito y las terrazas, parece imposible brindar con algo más que treixaduras, albariños o godellos.

Lo mismo pasa con la música, las horas de sol varían nuestras preferencias acústicas y no es lo mismo elegir banda sonora para días de recogimiento y lluvia en la ventana que para el despertar de la hibernación y la vuelta  a la vida en la calle.

El entretiempo pone patas arriba armarios y cabezas, pero aquí va mi propuesta de supervivencia veranvernal.

• ALPENDRE 2012

MERENZAO 100%. ADEGA RONSEL DO SIL, PARADA DO SIL. RIBEIRA SACRA

Un tinto con alma de blanco, delicadísimo en cuerpo y color, que no flojo. Visualmente parece un rosado y en boca apetece fresquito aun manteniendo el carácter de la uva merenzao. No hay mal momento para descubrir un vino tan especial como este, pero ahora es cuando.

• BAP KENNEDY

No hay grietas en la obra de Bap Kennedy. Un irlandés anclado en las raíces del sonido americano que combina influencias como Hank Willians o Elvis Presley con el sonido celta de su tierra.

Sus canciones han destacado en películas como You can count on me o Serendipity, Steve Earle produjo su álbum debut  (Domestic Blues, 1998), una de sus primeras bandas, Energy Orchard, acompañó durante varias giras a Van Morrison y, tras el lanzamiento de The Big Picture, se convirtió en telonero de Mark Knopfler. Sin embargo, sorprende que tan solo su nombre aun no sea suficiente para ponernos en pie.

Bap Kennedy tiene canciones que apetece compartir con un blanco helado sentados sobre el césped (Bap Kennedy – King of Mexico):

Y canciones para beberse con un baño caliente y una copa de tinto (Bap Kennedy – Let's Start Again):

Canciones de entretiempo, que alivian la ciclotimia y nos recuerdan, que incluso tras la peor de las tormentas, siempre acaba por salir el sol.

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Cristina V Miranda es periodista, sumiller y directora de comunicación en la consultora enológica Enopassión. Dirige el Festival de Música Independiente y Cultura del Vino: enoFestival y ha creado y gestiona el proyecto enomusical: I’m The Mocker.