Un paseo por el Valle de Constantia y sus bodegas
El amanecer de un sábado por la mañana de finales de mayo en Ciudad del Cabo, puede ser gris y nublado, pero esto no es inusual, ya que marca el comienzo del invierno. Después de haber explorado Table Mountain, Robben Island, las hermosas playas «wind free», y disfrutar de una animada cena en el cosmopolita puerto de «Victoria & Albert Waterfront» el día anterior, era el momento perfecto para visitar el pintoresco barrio de Bo-Kaap. A partir del mediodía, teníamos planeado visitar las famosas bodegas de la zona de Constantia, ubicadas a tan solo media hora en coche, en un valle detrás de Table Mountain. vino del Valle de Constantia
Comenzamos nuestra jornada en la bodega Eagles’ Nest.
Allí tuvimos el placer de degustar cinco vinos, seleccionados por su apasionada sumiller:
- Viognier 2021 (blanco)
- Little Eagle Red 2018
- Merlot 2020
- Shiraz 2020
- Shiraz 2016 «last of vintage»
Nos sorprendió el uso de tapón de rosca en vinos anteriores al 2020.
Nuestra siguiente parada nos llevó a la bodega más contemporánea de la zona: Beau Constance.
Aquí, pudimos apreciar el estilo vanguardista de la bodega y de su restaurante. Su historia incluye un desafortunado incendio, que destruyó por completo la bodega en el año 2000. Sin embargo, la familia Du Preez adquirió un nuevo terreno en la zona de Constantia, donde plantó sus primeros viñedos en 2003.
Durante nuestra visita, tuvimos la suerte de degustar los siguientes vinos:
- Pas de Nom MCC (espumoso)
- Creative Batch 2022 (blanco)
- Lucca 2019
- Aidan 2017
Una colección de vinos de Beau Constance lleva el nombre de «Pas de nom» en honor a su fundador, que era un hombre extremadamente tímido. Antes de su fallecimiento, dejó en claro que no quería que los vinos tuvieran su nombre. Por lo tanto, la etiqueta de esta serie muestra un rostro neutro e indefinido con barba, solo reconocible por aquellos que lo conocían íntimamente.
Finalmente, visitamos la bodega más antigua y renombrada de la zona: Groot Constantia.
Con 330 años de historia, es legendaria por ser la primera bodega establecida por los colonos holandeses que se enamoraron de la región. Ha ganado innumerables premios internacionales a lo largo de los años. Durante nuestra visita, degustamos una selección de sus vinos, entre ellos:
- Merlot 2019
- Cabernet Sauvignon 2020
- Pinotage 2021
- Shiraz 2020
- Gouverneurs Reserve 2019
- Grand Constance 2018 (vino dulce), conocido por ser el favorito de Napoleón y Jane Austen.
En resumen, los vinos de la zona ofrecen una experiencia única, son elegantes y equilibrados, y reflejan la influencia del terroir y la dedicación de los productores locales. Desde los tintos aromáticos hasta los blancos refrescantes, pasando por los excepcionales vinos de postre, Constantia sigue siendo un destino de renombre para los amantes de descubrir sabores distintivos y emocionantes.
Los vinos blancos nos gustaron por la variedad de notas frutales, florales y especiadas. Las variedades de la zona son Sauvignon Blanc, Chardonnay y Viognier, entre otras, y cada una de ellas, unida a su terruño, nos sorprendieron con características y cualidades diferentes.
En cuanto a los vinos tintos, nos sorprendieron los aromas de frutas maduras, como bayas y ciruelas, así como los matices de especias y hierbas, aunque su capa ligera no es el perfil que más nos gusta. Cabernet Sauvignon, Merlot, Shiraz y Pinotage son las variedades de la zona, siendo esta última la más emblemática de Sudáfrica.
En conclusión, los productores de Constantia tienden a buscar un equilibrio armonioso, resaltando la pureza de la fruta y la expresión del terroir. Sus vinos son mundialmente reconocidos, por la elegancia y el equilibrio de taninos en los tintos, y por una acidez bien integrada en los blancos.
Por otro lado, su oferta enoturística es reseñable. Las tres bodegas que visitamos estaban muy bien preparadas para recibir visitantes, ofreciendo opciones para almorzar en sus encantadoras terrazas o, como en nuestro caso, realizar catas y maridajes con quesos y chocolates.
Nuestra tarde concluyó bajo la lluvia que caía sobre los hermosos viñedos. A pesar de ello, nos sentimos felices de haber tenido la oportunidad de degustar los vinos del valle de Constantia y regresamos a Ciudad del Cabo con unos recuerdos inolvidables.
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