Inicio / Nuestras Firmas / Una idea subvencionable: El viñedo de bajo rendimiento

Una idea subvencionable: El viñedo de bajo rendimiento

El 22 junio, 2016

Nunca he sido muy amigo de las subvenciones, parto de esta base. Aunque a veces son necesarias, sobre todo si se quiere mantener algo importante y necesario.

El otro día leía que se subvenciona los olivares viejos de bajo rendimiento, los olivares plantados en pendiente. De ahí me vino la idea. ¿Por qué no pedir subvenciones para el viñedo viejo de bajo rendimiento, con el fin de poder conservarlo? ¿Cuántos viñedos centenarios nos quedan en España?

Para conservar este viñedo solo veo dos opciones viables: una es el apoyo por parte de la Administración, la otra es que los propietarios sean los mismos bodegueros que elaboran el vino y no miren el coste sino la calidad. Por desgracia, estos viñedos en manos del agricultor son prácticamente inviables al no sacarle el rendimiento necesario para poder subsistir. Esto hace que le merezca más la pena arrancarlo y poner viñedo nuevo, en espaldera, con regadío, etc. De momento se mantienen algunos, quizá por haber llegado a un acuerdo con el bodeguero para comprarle esa uva a un precio por encima del normal del mercado y le merezca la pena al viticultor mantenerlo. En el resto de los casos, estos viñedos se están perdiendo.

Y esta pérdida es irrecuperable, la complejidad conseguida a lo largo del tiempo y contenida en esa cepa centenaria. La esencia de esa viña traspasada a una botella de vino, tampoco la volveremos a recuperar.

Hay estudios que afirman que un viñedo en espaldera, bien cuidado, con unos rendimientos que no sean exagerados, con una masa foliar grande y buena exposición al sol, no tiene por qué dar peor uva que una cepa vieja. Puede ser, no voy a poner en duda estudios de gente más entendida que yo. Pero el encanto de estas cepas retorcidas por los años, y la seguridad de que, estudios aparte, esa cepa nos da unos kilos de esencia centenaria encerrada en forma de racimo, es irrefutable.

Por tanto, desde la Administración, creo que la más cercana, la autonómica, que puede estar más interesada que si nos vamos a la fría Europa, se podría subvencionar en forma de una ayuda por kilo o por cepa al agricultor, con el compromiso de mantenerla. Precedentes tenemos en el olivar, no sé si en otro tipo de cultivos, pero nuestras viejas viñas se podrían tratar como un bien escaso, natural y merecedor de conservación, eso no cabe duda.

El guante queda lanzado, espero que lo cojan desde la Administración, sindicatos o agrupaciones profesionales. Creo, sinceramente, que merece la pena su estudio.