Una buena añada… De enólogos también…

Los vinos de este año que estamos probando, están saliendo con una calidad muy buena.
Aparte de las calificaciones que se les da en algunos estamentos y que cada día son menos creíbles por el consumidor, al menos a mí me sucede eso, ya que todas, absolutamente todas las cosechas obtienen muy buenas calificaciones. Esta que nos ocupa, la de 2011, si parece que tiene muy buenas expectativas, ya desde vendimia se veía una uva sana, y que llegaba a bodega en muy buenas condiciones. Los vinos jóvenes tanto en blancos como en tintos están dando unas cotas de calidad excelentes en términos generales.
Es cierto que cada día se puede dirigir mejor la uva desde su brotación hasta la bodega, antes diría yo, desde que la viña se poda. Se le pone la humedad precisa cuando se puede, se controla la maduración y se recolecta en el momento óptimo de equilibrio y maduración.
Muy importante y cada vez más es la tecnología y maquinaria de elaboración. Atrás quedaron esas bodegas con maquinarias obsoletas, esas elaboraciones con medios casi rudimentarios, que daban vinos con hierro, con muy pocos aromas, volátil… En apenas dos o tres décadas si viéramos y comparáramos unos vinos con otros, parecería que estamos en países diferentes totalmente. Los vinos, efectivamente han cambiado enormemente, han mejorado, han ganado en calidad, como nunca antes lo habían hecho. Tenemos los mejores vinos de nuestra historia, con diferencia, y sin embargo es cuando menos los bebemos…
Dejo para lo último, una de las cosas más importantes, el factor humano, los enólogos, los técnicos, que han sabido, además de ponerse la bata del laboratorio, ponerse las botas de campo, y comenzar a “elaborar los vinos” en el campo, en la viña. Controlando, como digo al principio, la elaboración desde el mismo momento en que la tijera poda los sarmientos, llevando en volandas, mimando, la uva para que llegue en perfectas condiciones al lagar y, entonces si, hacer de ellas un buen vino. Para mi este es el avance más significativo que ha tenido la vitivinicultura moderna en España. Es cierto que tenemos maquinaria, controlamos fermentaciones, seleccionamos levaduras, mejoramos y automatizamos sistemas de vinificación, pero todo esto no sería posible sin la gente que aplica sus conocimientos al vino, sin los enólogos.
Es cierto que la climatología el año pasado nos acompañó, se portó benévolamente con las uvas, los viñedos, los campos. Este año parece ser que de momento viene más torcida. Pero, en mejores o peores circunstancias, si no fuera por los abnegados enólogos, esas ya casi siempre excelentes añadas lo serian menos, aunque se las siguiera calificando de excelentes.

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