Un difícil año para la comercialización total de nuestros vinos
Es hora de aunar esfuerzos, entre todos y todos juntos. Pero no se puede engañar a la gente. Es un año complicado para la comercialización de nuestros vinos.
Cuando se opina tranquilamente desde un despacho en Madrid, por decir una capital, me da igual en otro sitio… Cuando se quiere opinar de un sector sin haber pisado en la vida la tierra del campo y viendo el vino solamente cómo manjar y producto terminado, servido en una buena copa en un buen ambiente, pero no se sabe lo que es una cepa ni un racimo de uvas, más que en fotografía, pues pasa lo que pasa…
Es muy fácil utilizar la tan manida expresión y recurso de explotar a los agricultores, pagar un precio bajo por la uva y luego hincharse a ganar dinero con el vino elaborado al tener la comercialización fácil y segura. Tener todo el vino vendido sin problema.
Si, estimados lectores, todo esto lo he leído esta semana y aún no salgo de mi asombro. Yo a mucha gente le diría que hablaran de lo que entienden y se ahorraran comentar de lo que no entienden, más que nada por el daño que pueden hacer al sector. Que hablen de las bondades de un vino en su cata, de lo bien etiquetado que está o de un “maridaje” (palabra que no me gusta) perfecto con cualquier vianda exquisita. Cosa, por cierto, que alabo, me gusta y que se debe de hacer a diario para dar a conocer nuestros vinos. Pero eso es otra cosa, importante, sí, pero no es lo mismo.
Decir en un año como el que tenemos que la comercialización de los vinos es fácil y segura, es no decir la verdad o no saber lo que se dice. No, nos enfrentamos a un año complicadísimo para la total comercialización de los vinos, y al decir complicado no digo imposible, no, pero si digo difícil, muy difícil.
Respecto al precio de la uva, es un tema escabroso, muy delicado de tratar ya que tenemos dos posturas radicalmente diferentes: La del que paga y la del que cobra… Cada vez hay menos compradores de uva, ya que el 80% de la uva, cómo mínimo, entra en cooperativas, por tanto no tienen precio de entrada y se liquida conforme se venda el vino al comercializarlo. Pero dentro de los que aun pagan es difícil, casi imposible, el acuerdo entre unos y otros. Mi postura que debe ser neutral y contemplar las dos posturas, además de difícil, diga lo que diga, podré contentar a unos y enfadar a otros, seguro. Dicho esto, no creo que dadas las circunstancias el precio de la uva haya sido excesivamente malo. Las tres pesetas (benditas pesetas, que no las sacamos del sector…) más dos de portes. Más el IVA, más la pac, llegan a un precio que si por kilo puede ser algo bajo, viendo la cantidad de uva que traía cada cepa, en el conjunto no es mal año para el agricultor, le ha sacado dinero a su viña esta campaña, seguro. La otra parte, la del comprador… es complicada este año, tiene que hacer un fuerte desembolso de dinero para pagar esa uva y el recoger el mismo dinero, al menos, que ha pagado, lo puede tener complicado..
A lo que vamos… Tenemos ante nosotros un año, como digo, complicado para comercializar todo el vino producido. Partiendo de la seguridad de que las exportaciones se nos van a dar muy bien y a pesar de ello, la cantidad tan enorme que tenemos creo que se nos va a hacer pesada al final de la campaña. Por tanto la promoción constante, no dejar escapar ni una operación de exportación y abrir nuevos mercados internacionales, este año que tenemos calidad, precio y que nuestros competidores no tienen grandes cosechas, es la forma de ir eliminando posibles excedentes. Por tanto tenemos ante nosotros un difícil reto, difícil, pero no imposible.
Javier Sánchez Migallón Royo
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