¿Trabajas o estás en el trabajo?
Hace poco en un digital de economía, que pretendía dar buenas noticias, escribían que tras años, la competitividad aumentaba y los costes laborales bajaban. Seguro, pero ¿cuál será la causa?
Yo tengo mi opinión, todos los despidos caros que había que hacer ya se han realizado – los últimos tras la reforma laboral de este año-. En mi entorno los que tienen el sueldo congelado son unos afortunados -las bajadas entre el 10 y el 20% son muy habituales-, las bajas eternas o por motivos nimios -qué rápido firmaban algunos doctores- han disminuido de manera radical por temor al despido.
En este artículo de Expansión se comentan distintos informes de Adecco sobre absentismo, la Encuesta de Coyuntura Laboral del Ministerio de Trabajo y la encuesta de Randstad sobre los mismos temas con un resultado desalentador. El “presentismo” histórico, mal nacional de la inmensa mayoría de las empresas, se ha disparado del 45% al 85% en dos años, ¡ojalá que la productividad hubiera subido en la misma proporción!, al contario el gasto de electricidad, calefacción, teléfono y demás sí que habrán subido.
Tenemos ¡cómo no! una Comisión Nacional para la Racionalización de los Horarios Españoles, si no se la han cargado con los ajustes, pero me da que muy poco efectiva. Otro brindis al sol. Todos podemos hemos sufrido/sufrimos en carnes propias la “cultura” empresarial española, medimos la calidad del trabajador por sus horas de permanencia en el lugar de trabajo, no por sus resultados.
Yo lo entiendo, el tiempo se sabe medir desde hace milenios, pero la efectividad, los resultados, son más complicados de evaluar. Primero hay que saber qué se busca, luego explicarlo al personal y, por último, ver cómo medirlo. ¡Uff! Hay que pensar y ¡con el montón de cosas que tengo que hacer! Y no voy a pagar a una consultora que son unos “sacaperras”… Mejor lo dejamos y seguimos como toda la vida, que tampoco nos ha ido tan mal, que otros están peor.
Pero lo grave es que esa cultura se interioriza y los empleados pueden llegar a ser peores que los jefes. En este post del, ya mencionado en otras ocasiones, Juan Carrión, se comenta cómo somos los primeros es criticar al que se va pronto, afirma que estas “culturas” nos vuelven idiotas y estoy de acuerdo. Todos somos idiotas, bueno, casi todos somos idiotas y al que es normal le llamamos “jeta” y dura poco.
Un síntoma de esta grave enfermedad es la “reunionitis” -bonito tema para otro día-. En este artículo el autor la define como justificación de nómina de algunos directivos, y está bien, pero también es una especie de carrera de fondo a ver quien aguanta más, pensando que es menos valioso lo que se podría hablar en cinco minutos tomando un café entre dos o tres, que lo resuelto en un Comité de No Sé Para Qué Sirve y puesto en un acta con muchas firmas debajo -que luego irá a un cajón-.
Y cómo se ve esto desde fuera, pues hay de todo, en este otro artículo se comenta el informe “Society and glance” de la OCDE. Japoneses y coreanos son los que más horas meten y los daneses los que menos, lo que deja claro este informe es que más horas dedicadas a trabajo y estudio no implican mayor productividad.
También en Estados Unidos existe este problema el “face time” pasivo lo llaman, este interesante informe comienza con una serie de casos divertidos, curiosos o ejemplares. Fijaros en una cosa: hablan de salir a las 6 ó 6.30 cómo algo insólito y duro. Así pues, de teletrabajo desde casa ni hablamos.
Cómo la cosa está fea, mejor acabar con una sonrisa.
Javier Escobar
javier.escobar@elcorreodelvino.com
http://www.linkedin.com/in/javierescobardelatorre
Consultor y enólogo
Enólogo que escribe a ratos sobre los temas de los que sabe algo, o eso creo.
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