Terroir ¿por qué no?

Quizá tendríamos que darle otro nombre, quizá no, pero creo que no es una idea descabellada. Difícil sí, descabellada no. Sería dar un paso al frente en el ámbito de la calidad y, sobre todo, mantendríamos unos viñedos que en la actualidad tienen cada día peor la subsistencia.
Si calificamos vinos, marcas o añadas, ¿por qué no calificar el comienzo de todo?: la tierra, el viñedo. Francia califica el terroir, los cru, grand cru, premier cru… Los châteaux de Burdeos, por ejemplo, se vienen calificando desde 1855 cuando la gran exposición mundial. Igual en la zona del champagne, entre otros.
¿Qué se consigue con esto? Dejando a un lado el posible esnobismo, calificaríamos los mejores viñedos de nuestro país y los mantendríamos: los viñedos de calidad, los viejos, los que dan mejores vinos, que año tras año son expoliados, aunque suene demasiado contundente.
España se está quedando sin viñas viejas. La reconversión, buena por una parte, está arrasando lo bueno que tenemos, cambiando calidad por cantidad, lo cual sería ya otro tema, importante, pero diferente.
Con esta calificación, daríamos categoría a nuestros vinos de más calidad, daríamos categoría a nuestras mejores tierras y mejores viñas. Internacionalmente subiríamos un escalón, importantísimo a la hora de dotar de credibilidad a nuestros vinos.
Si ya tenemos nuestro particular “châteaux” español, con el nombre de Pagos, que está dando unos resultados buenos, con un puñado de bodegas de calidad contrastada en sus vinos, ¿por qué no tener unos viñedos calificados como de primera categoría para hacer nuestros mejores vinos?
Al agricultor también le interesaría mucho ya que daría valor a sus tierras y a sus productos; se valorarían mejor las uvas procedentes de las mejores parcelas. Sería un aliciente para mejorar sus viñas y sacar un producto, una uva, de calidad contrastada.
Si estamos hartos de decir que el buen vino empieza a hacerse en el campo, y que si queremos un buen vino, tenemos que tener una buena uva, ¿por qué no darle a la viña y a la uva la calificación, importancia y protagonismo que se merecen?
Para avanzar, tenemos que hacerlo en todos los sentidos, y esta asignatura aún está pendiente en España. Si distinguimos por regiones, autonomías, Denominaciones de Origen y llegamos al Pago como máxima calidad centralizada en un pequeño espacio de tierra, lleguemos un poco más adelante, demos un paso más y califiquemos las tierras y las viñas.
Hagámoslo con seriedad y profesionalidad, sin darlas sin ton ni son, contrastando que, efectivamente, esas cepas son viejas, dan calidad y dan un producto del que se pueden sacar buenos vinos, excelentes vinos.
Invitémonos un gran nombre, un nombre bonito, y digamos al mundo entero que tenemos viñas de categoría superior, viñas pata negra, viñedos excepcionales que dan vinos excepcionales.
No sé si muchos de ustedes lo considerarán una tontería, una quimera, o una utopía, imposible de realzar. Yo no lo creo. Igual que tenemos unos pocos, poquísimos Pagos en España, tengamos unas viñas, pocas, poquísimas, con un distintivo de calidad, para preservarlas del tiempo y del arranque, mimarlas para obtener así unos excelentes vinos.
Creo, estoy seguro, que tanto en el ámbito nacional como internacional, será un gran paso. Desde El Correo del vino, estamos dispuestos a coordinarlo, a impulsarlo, siempre a favor de nuestros vinos, de nuestras uvas, de nuestras tierras. Por ello, me gustaría recoger opiniones y comentarios de todos ustedes en este tema, para pulsar los deseos de cada uno.
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Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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