¿Quién es el sector?
Hace unos días, en una intervención en radio, un buen amigo me hizo una pregunta que me descolocó. Me dijo “Javier, tanto que hablamos del sector del vino, me pregunto y te pregunto: ¿quién es el sector?”
Sin duda es una buena pregunta, y quizá difícil o imposible de responder. ¿Qué y quién es el sector del vino?
En una definición, semejante a la enciclopédica, se podría decir que es el conjunto de órganos, asociaciones, entes y elementos que constituyen el mundo del vino. Más o menos, sin meternos en grandes y profundas directrices. Sí, podríamos decir asociaciones, sindicatos, Consejos Reguladores, agricultores, cooperativas, bodegas, maquinarias, etc., etc. La lista podría ser muy larga.
Eso es el sector y punto.
Lo que sucede es que esa pregunta, una vez que recapacitas, puede ser mucho más extensa. Cuando se dice “se ha consultado al sector”, “el sector dice, piensa o hace”…, ¿a quién se consulta?, ¿quién dice, piensa o hace?, ¿los consultados realmente son representativos del sector? No, rotundamente no.
Y la prueba la hemos tenido hace pocos meses, con la celebérrima firma/no firma de la destilación obligatoria. Representantes del “sector” firmaron unos acuerdos que, cuando fueron vistos por el verdadero sector, no representaban absolutamente a nadie del mismo. Por ello vimos cómo quien estampó su firma, a los pocos días renegaba de ella cual San Pedro de Cristo. Gente que rápidamente salió a los medios a convencer de lo beneficioso del acuerdo y a los dos días hacían la cobra, desapareciendo, sin hacer declaraciones, como si se tratara de algo extraño. ¿Y ese es nuestro “sector”?
Por otro lado, hemos visto, vemos y seguro que veremos a quien ha querido dominar o controlar el sector y nunca lo ha conseguido, por más fuerte, grande o necesario que una empresa o persona fueran. Se quiere dominar al sector, pero nunca se ha podido. Ese ente etéreo siempre ha ganado a quien le ha echado un pulso.
Aun así, hay quien se cree poderoso y capaz de controlarlo. El ego humano es enorme y ciego. La experiencia nos dice que caerán; cuanto más alto suban, más dura será la caída. Sólo hay que sentarse y esperar. Lo malo es que entre subidas y bajadas pueden perjudicar al sector, aunque éste acabe ganando, como siempre.
Es asombroso cómo la maquinaria de este sector, que nadie sabe a ciencia cierta quién lubrica, sin embargo, no para, camina lenta pero continuamente, empujado por todos y por nadie. Así transcurren campañas, vendimias, ventas, compras, subidas y bajadas de precio, nacen bodegas, mueren otras, las personas llegan, están y pasan y la gran maquinaria, gigante, enorme, no para nunca.
El vino tiene eso, que cuando te has manchado una vez los pies de mosto, es una droga de la que difícilmente puedes escapar, te absorbe, te embruja, te puede y te domina.
Y es que este sector tan bonito que nos ocupa tiene la ventaja de no ser de nadie y ser todos, de todo el conjunto de enamorados del vino.
Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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