Que hablen de uno, aunque sea bien…

La DO Valdepeñas merece un consenso y que la imagen que se transmite al exterior sea sólo positiva.

Un mes de noviembre de hace 15 años, en 1996, veía la luz la campaña de promoción genérica de los vinos de Valdepeñas “La Nueva Generación”. Fui uno de los periodistas invitados al acto de presentación en el Restaurante “El Bodegón” de Madrid y, al margen de sorprenderme del precio del cubierto, se me quedaron grabadas las palabras del entonces presidente del CRDO Valdepeñas, Enrique Martín-Peñasco, en el mismo autobús de ida. “A partir de ahora tenemos que explicar en qué consisten los nuevos vinos de Valdepeñas. Si no sois capaces de dar un mensaje positivo, mejor os calláis”. Se quería que este evento supusiera un “antes y un después” en la percepción de calidad de los nuevos vinos varietales, crianzas, reservas y grandes reservas, en el seno de una DO que apenas llegaba a las 30.000 hectáreas de viñedo en esos momentos.

Transmitir una imagen y un discurso unívoco era el objetivo principal de esta campaña, cuyos contenidos están aún vigentes, aunque con otros 15 años retraso, propiciados por una campaña que nació muerta a la hora de canalizar los fondos y por el objetivo lícito de las bodegas principales en centrarse en sus propias marcas.

La campaña se canalizó a través de la conocida agencia de publicidad TAPSA y se nutrió de las aportaciones del propio sector, viticultores y bodegueros, y de la Junta de Castilla-La Mancha, cuyo consejero de Agricultura, el desaparecido Mariano Maraver, se comprometió inicialmente a aportar una importante cantidad económica. Por diferentes motivos, la campaña no duró más de una oleada y no pudo generar el poso necesario, agotándose los fondos de varios años en tan sólo unos meses.

Las malas lenguas dicen que los fondos institucionales se quebraron por no generar peligrosos precedentes en una Comunidad Autónoma en la que empezaban a crearse numerosas indicaciones de calidad y por varios desaguisados en el programa que emitió “Protagonistas” de Luis del Olmo en directo desde el Auditorio de Valdepeñas. El conocido periodista leonés habló con la malograda ex ministra Loyola de Palacio a primera hora de la mañana, interpelándola por los vinos de Valdepeñas, algo a lo que respondió que “son muy conocidos como vinos de mesa”. El entonces Presidente de Castilla-La Mancha, José Bono, corrigió a la titular de Agricultura con un contundente “límpiese usted las legañas señora ministra”.

Lo anterior sirve para ilustrar el citado retraso que se lleva a la hora de lanzar una verdadera campaña genérica parecida a la que ha lanzado durante varios años, por ejemplo, la DO Navarra, con mayor o menor éxito. Lejos de recuperar parte del terreno perdido, en Valdepeñas las últimas noticias hablan de la dimisión del Presidente de la Asociación Interprofesional, a instancias del propio sector productor; de un expediente abierto por Competencia; y de noticias poco positivas, como la generada por el descontento por el precio que reciben los viticultores por sus uvas. Las propias desavenencias entre los sectores han acabado por frenar el desarrollo de la nueva imagen de la DO, bajo el lema “estilo original”, poniendo cortapisas a los fondos a utilizar, salvo diferentes acciones y presentaciones en el sector gracias al acuerdo de colaboración anual con la Diputación Provincial de Ciudad Real.

Pese a que se pactó hace más de dos años, el sector productor no quiere que la Presidencia recaiga en el industrial Carlos Nieto, de Félix Solís, básicamente porque no se apellida Solís y pese a que es un acreditado directivo de esta compañía, algo que puede esconder odios fermentados en reuniones comprometidas entre los sectores. Así se está sembrando el relevo, tras la salida pactada del aún presidente Fernando Prieto, que fue candidato a la alcaldía de Valdepeñas y que ahora es el jefe de la oposición. Además, hace unos meses fue reelegido como presidente de la Confederación Española de Consejos Reguladores Vinícolas.

Es más, ahora se plantean la utilidad de la Asociación Interprofesional, que es un órgano dialéctico que enfrenta a los dos sectores, pero que, de forma individual, en el caso del sector industrial, la representatividad se distribuye atendiendo al volumen de vino comercializado.

Mientras tanto, desgraciadamente, olvidamos que la percepción que tiene mucha gente de los vinos de Valdepeñas no es la más adecuada en el mercado nacional, a pesar de que, año tras año, sus vinos baten records en Exportación, donde son auténticos expertos en valorarlos por su magnífica relación calidad-precio. Es más, en muchas bodegas se ha apostado por el Márketing, y hay acreditados profesionales detrás de un producto que se beneficia de unas condiciones excelentes para la elaboración de vinos de calidad y que cuentan también con atractivas ofertas de Enoturismo y de jóvenes firmas que han empezado con mucha fuerza.

En relación a 1996, los vinos de Valdepeñas han ganado muchísimo más aún en cuanto a su calidad y en términos de imagen incluso se han reducido las hectáreas de cultivo a 25.000, pero, desde luego, poco favor le hacen a esta indicación comentarios como los que han aparecido en las últimas semanas en los medios de comunicación y que, desgraciadamente, no hacen justicia con la calidad de los vinos de esta indicación, algunos de los cuales han superado en los últimos años han superado los 90 puntos Parker o de la Guía Peñín.

Lejos de lo anterior, habría que destacar iniciativas como las que, año tras año, lanza la Asociación de Jóvenes Amigos del Vino de Valdepeñas poniendo en marcha el Túnel del Vino durante las Fiestas del Vino; los nombramientos de Mayorales de Honor que lleva a cabo la Cofradía de Mayorales del Vino de Valdepeñas; o el propio Ayuntamiento de la localidad, que pone en marcha del 10 al 25 de noviembre la Ruta de la Tapa y del vino de Valdepeñas.

Porque hablar de Valdepeñas se habla y se ha de hablar, pero, por favor, que sea para bien…