Pronósticos para el resto de campaña del vino a granel

Si normalmente es difícil hacer pronósticos en esto del vino, más difícil es en un año cómo este y más aún acertar. Lo que sí se puede intentar, con los datos de que se dispone, es hacer una proyección de lo que puede ser la evolución del mercado en circunstancias normales. Y siempre teniendo en cuenta que estas pueden variar, a veces enormemente.
Esta campaña tenemos, en graneles, vinos de diferentes calidades, lo que nos está llevando, desde ya, a tener precios significativamente variados y distanciados. Tenemos la lacra de los vinos procedentes de las uvas afectadas de botritis, cuya calidad no es buena y va a empeorar conforme vaya pasando el tiempo. Pero también tenemos, por el contrario, vinos de calidad contrastada y, cómo es lógico no puede valer lo mismo unos que otros.
En cuanto a cantidad, ya sabemos que estamos ante una campaña abundante, pero venimos de otra en la que las existencias quedaron muy mermadas.
Mirando al futuro, que es de lo que trata, podemos prever que la marcha de los mercados va a depender mucho de la marcha de las exportaciones. Los últimos datos que tenemos son optimistas, ganamos en importe, aunque la campaña pasada bajamos en cantidad, cosa también normal por el aumento que tuvimos de precios. Esta campaña debe ser al contrario, probablemente bajemos en importe, pero debemos subir considerablemente en cantidad, ya que el precio del vino se ha reducido. De momento las primeras impresiones no son malas, aunque sí las veo insuficientes.
Debemos ser optimistas en cuando a las exportaciones españolas, en primer lugar por lo antes apuntado: hemos bajado el precio de nuestros vinos considerablemente y nos hemos metido en la franja de precios a los que los mercados internacionales pueden comprar sin problemas, somos competitivos, y podemos hacernos con muchos mercados. A esto le acompañan varios factores importantes. Francia e Italia no tienen buenas cosechas, no nos harán una excesiva competencia directa. El cono sur, donde la vendimia está a punto de comenzar, no tiene buenas perspectivas de cosecha. Sobre todo Argentina y Chile ven mermadas sus previsiones por heladas primaverales y por los fuertes calores que han sufrido y están padeciendo en su verano, con temperaturas que han estado cercanas a 50º y han dañado la viña.
Por todo esto hay que ser relativamente optimistas a la hora de valorar nuestra capacidad exportadora.
En la parte menos optimista tenemos el comercio doméstico, el interior de España. Con un mercado parado, lento y con clara tendencia a tirar a la baja los precios de los vinos. Un mercado que está renqueante y que compra casi por camiones sueltos, donde cada céntimo se disputa al máximo.
Luego hay que tener en consideración diversos factores como son la brotación de la cosecha y su evolución, posibles daños, etc. Pero esto se nos escapa de las manos, como es natural, y aunque hay que contar con ello hay que preverlo con una perspectiva de evaluación normal, es decir, que las cosas se den con normalidad. Una cosecha abundantísima puede, y seguro que lo haría, influir a la baja, y una muestra pequeña acompañada, por ejemplo, de una helada considerable haría el efecto contrario, de subida, por tanto descartando los dos extremos, evaluamos estas circunstancias dentro de la normalidad.
Siendo así, nos queda el factor exportación como decisivo en la marcha de la campaña. Los mercados en estos momentos están mal, con clara tendencia a la baja, ahora dependemos de que la exportación sea capaz de tirar del carro o no, y de ello dependerá, en gran medida, el resto de la campaña.
Una subida de los precios ahora, la verdad es que no la espera nadie, antes bien, se apuesta por una bajada o un mantenimiento, que es lo que tenemos desde la vendimia. La verdad es que yo una subida tampoco la veo, no hay motivos contundentes para ello. Igual que una bajada fuerte tampoco se prevé a corto y medio plazo, puede que ceda algo, pero tampoco creo que se hunda el mercado, siempre que este vaya como hasta ahora, parado pero con la exportación tirando de este carro. El resto, el tiempo nos lo irá diciendo.
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Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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