Portugal Decanta, la calidad de los vinos lusos

La Embajada de Portugal en Madrid acogió el 28 de septiembre el salón “Portugal Decanta. Salón de los vinos imprescindibles”. Un evento que reunió a las bodegas más destacadas de Portugal y en el que se ofreció una cata inaugural con una selección de los mejores vinos presentes.

El salón tenía como objetivo dar a conocer la calidad de las referencias del país vecino. En él se reunieron 32 productores de vino pertenecientes a las denominaciones de origen más destacadas de Portugal: Vinhos Verdes, Douro & Porto, Dão, Bairrada, Lisboa, Alentejo, Setúbal y Terras do Sado.

Para inaugurar el acto, el Excelentísimo Sr. Francisco Ribero de Menezes, Embajador de Portugal, ofreció una cata con los mejores vinos representados en el salón, a cargo de sus respectivos productores.

El espacio escogido para el evento, la Embajada Portuguesa, resultó ser un marco idóneo para la presentación de los vinos, por su calidad y marcadas personalidades. La cata inaugural, en concreto, se celebró en el comedor principal de dicho edificio, que fue construido a principios del siglo XX, y proyectado por Joaquín Saldaña como Palacio de los duques de Híjar.

En la cata estuvieron representadas seis de las denominaciones portuguesas, haciendo todo un repaso vitivinícola por el país.

La bodega Quinta de Soalheiro, de la DO Vinho Verde, presentó un albariño 100% , Soalheiro Primeiras Vinhas 2012, su vino icónico. De color pajizo, muy aromático, con toques a melocotón pero también a panadería, y redondeado, aunque tal vez “sin la expresividad de los albariños clásicos”, como afirmaban desde la bodega, lo cual es una dificultad añadida al presentarse en España. De todos modos, desde la bodega auguraban un gran futuro a los albariños a nivel mundial. Esta etiqueta, en concreto, es un vinos para guardar,  para que ver la evolución que da la botella; un vino de una “cosecha perfecta” que tal vez se vuelva a repetir e 2015.

Desde la DO Dão, en Quinta da Pellada admitieron estar cansados de las modas, por lo que habían decidido intervenir lo menos posible, apostando, además, por la conservación de la biodiversidad. Con esta carta de presentación, se degustó Primus 2012, elaborado con un blend de uvas (en su mayoría de variedad Encruzado) procedentes de viñas viejas, con influencia marítima. El resultado es un vino muy fresco y con marcadas notas de flores blancas.

Quinta do Crasto, en la DO Douro, por su parte, explicó la complejidad de Reserva Vinhas Velhas 2011. Un vino tinto elaborado a partir de viñedos de más de 70 años, en los que  hay cultivadas más de 40 variedades distintas de uva. Cepas que se están identificando genéticamente para tener un mayor conocimiento de las mismas y no perder la esencia de sus vinos. Un vino elaborado con métodos tradicionales, de intensos aromas ahumados y a frutas rojas, limpio, de tanino redondeado y gran persistencia. De estos viñedos antes sólo se obtenían vinos de Oporto, pero con el tiempo ampliaron su gama.

La DO Alentejo fue representada por Herdade do Esporao, una zona donde “se busca la frescura y la intensidad”. Así quedó demostrado con el vino Private Selection 2011, elaborado con Alicante Bouschet, Aragonés y Syrah: fresco, con aromas a mora, gran estructura, acidez equilibrada y elevada persistencia. Esta bodega tiene plantadas más de 200 variedades, la mayoría en campos experimentales, de las cuales utilizan 35 para sus elaboraciones.

El turno de la DO Porto llegó con Bodega Poças, una bodega familiar que elabora desde 1918. Se pudo degustar su Colheita 1976, en el que se captaban los aromas a frutos secos, una gran acidez, aunque “algo más seco de lo normal”, afirmaban desde la bodega. Un vino cuya evolución se consigue en la barrica, no en botella.

Por último, como postre de la cata, Jose Maria da Fonseca, desde la DO Setúbal ofreció dos de sus vinos elaborados con la variedad Moscatel Roxo, fruto de una de las extrañas mutaciones naturales que se producen de variedad blanca a tinta, ya que es más habitual el proceso contrario. La uva en cuestión está en peligro de extinción, pues sólo se cultiva en un área muy limitada. La bodega facilitó a los asistentes poder catar su intensidad aromática a especias y su sabor afrutado directamente de racimos recién cortados. Pero también se degustó el resultado vinificado. Por un lado, el Moscatel Roxo 20 años,  y por otro, como sorpresa para los presentes, por parte de la bodega, el mismo vino, pero con una edad de más de 60 años: rojizo, con aromas a cuero, frutos rojos, tostados. Toda una joya que, si bien estaba fuera de cata, sirvió como broche a la misma.

Al salón acudieron más de 350 profesionales del sector del vino que degustaron las diferentes elaboraciones vinícolas del país luxo. Además se apostó por presentar algunas de sus referencias bajo el formato de la coctelería con creaciones a base de Oporto y Moscatel.

Susana Molina

Periodista especializada en el sector del vino.