Menos caspa
Hace unas semanas leí un artículo con el titular: «Al mundo del vino le sobra tontería». No puedo estar más de acuerdo. Le sobra tontería, pedantería y caspa. Y los profesionales del vino deberíamos por trabajar más y canalizar esa imagen elitista que tiene el vino.
Me encanta que el vino pueda ser elitista, y que se llegue al máximo valor en calidad y precio. Pero no todo el vino es así.
En el artículo, el profesor Denis Dubourdieu hace comentarios como: “Hay muchas tonterías y estupideces. Debemos respetar los vinos que son buenos y ya está”. No se olvida tampoco de comentar “el sector debe empezar en los jóvenes y no cerrar el mundo del vino a un entorno elitista, snob y viejo”. ¡Toma ya! No se muerde la lengua. Y lo dice un profesor universitario de la escuela de Burdeos. Y por cierto, uno de los grandes consultores enológicos. Además hace hincapié en España diciendo: “España está lleno de gente a la que le gusta salir, ir de fiesta, que valora la diversión y las relaciones sociales, y todo esto produce un clima adecuado para el consumo de vino”. No hacía falta ser un doctorado francés para saber eso, pero en ello trabaja mucha gente para explotar esta cualidad que tenemos.
A menudo me cruzo con gente que le gusta el vino. Gente joven, que está en la veintena de edad. Gente a quien le gusta el vino, pero que no se atreven a decir nada sobre sus gustos de vino. Me dicen que no son expertos, y que solo saben qué vino les gusta. Me hacen ojitos, para que yo, soberbio profesional del vino no les diga que el vino que beben es como agua de alcantarilla. O para que tenga piedad al rectificarles de cómo coger una copa de vino. No lo voy a hacer. Por mí, como si se beben el vino en vaso de plástico, de hecho es así como me lo tomo cuando estoy en fiestas o picnics.
Es como si alguien implorase piedad por gustarle un género de cine taquillero y no culto. Cada uno tiene sus gustos. Y obviamente, los gustos varían y se encaminan hacia un lado. No leo la misma literatura que cuando era un adolescente. Con el vino pasa igual. Poco a poco he ido apreciando notas y sabores que antes no sabía ni que existían. Y todos hemos empezado así. Deberíamos de recordar que empezamos a caminar en bicicleta con dos ruedecitas a los lados. No me gusta ir dando lecciones de vino a quien no me las pide. Y como ya he dicho muchas veces a mis amigos, la sangría con vino bueno sabe mucho mejor.
Y el kalimotxo también.
Arturo Blasco
Enólogo
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Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
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