Más Transparencia, más declaraciones, mejor información

Se anuncia por parte de la administración una reforma en las declaraciones que tendrán que hacer las bodegas con el fin último de dotar a los mercados de una información más ágil, clara, rápida y continua.
Puestos así, la cosa pinta bien. Tenemos un espejo donde mirarnos, que es el del sector del aceite, donde se realiza una declaración de existencias mensual.
A falta de que se confirme todo, ya que está en estudio, aunque avanzado y es prácticamente segura su implantación, a grandes rasgos se pretende que se haga una declaración mensual, a presentar vía internet antes del día 5 de cada mes, en la que habrá que hacer declaración de existencias, especificando compras y/o ventas de ese mes.
De esta manera se pretende que el sector esté informado continuamente de las existencias pendientes, del vino vendido y comprado, del vino exportado, etc.
Creo que es una gran idea, siempre y cuando sea efectiva y se traslade al sector con celeridad. De nada nos valdría muchas declaraciones si luego se tarda tiempo en traspasar estos datos a todo el sector del vino, como ocurre, por poner un ejemplo, en estos momentos con las estimaciones de cosecha, cuyos datos definitivos los solemos conocer en marzo, abril e incluso mayo. Cuando ya de poco o nada sirven, a no ser por la curiosidad de conocer lo que realmente se ha elaborado.
Siempre lo he dicho. Es absurdo que hoy en día, con los avances tecnológicos que existen, con las declaraciones realizadas y recopiladas al segundo a través de internet, se tarde meses en traspasar estos datos a los interesados.
Pero no quiero criticar más estas actuaciones que llevan años, décadas, haciéndose de esta manera. Vamos a congratularnos de que esto cambie y lo haga para bien. Y que datos tan importantes como son estos se sepan, para poder obrar en consecuencia y en el día a día saber o intuir con mejor criterio la marcha de nuestros mercados.
Saber mensualmente el vino del que disponemos, lo que se ha exportado, lo que se ha vendido, comprado, totalizar cosechas y saber lo que hemos sacado y lo que nos queda en bodega, es dotar a nuestro sector de un as nuevo en la baraja.
Hay quien ya dice que puede ser perjudicial, que saber, por ejemplo, que en enero tenemos un gran remanente de cosecha puede perjudicar al vendedor, o viceversa, ver que a principios de año que las existencias escasean, puede perjudicar al comprador. Puede ser, pero creo que es mucho mejor saber cómo vamos y a dónde nos puede llevar el mercado en meses sucesivos.
A modo de consejo, y ya puestos a pedir, creo que sería conveniente hacer declaraciones separadas de existencias: por un lado el vino con Denominación de Origen y el vino sin indicación geográfica. Porque el vino de guarda, el de crianza, etc., engordan artificialmente las existencias; son vinos en existencia, sí, pero no para una salida a la venta inmediata. Se tendría que saber el vino a granel (por decirlo de alguna manera), que queda, que es el que realmente interesa a los mercados del vino.
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Javier Sánchez-Migallón
Director Ediciones Albandea y El Correo del Vino
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