Lo veo todo de color Burdeos
La vendimia ya está aquí. El futuro ya llegó. Parece que fue ayer cuando estuve paseándome por Vinitech-Burdeos en diciembre de 2012, dando mentalmente por finalizada mi época de vendimia norteña. Y digo norteña porque me dedico a trabajar los dos hemisferios, el Norte y el Sur. Espero no perder algún día el Norte…
Como decía, ya estamos sumergidos en plena vendimia de 2013. En California ya ha empezado a entrar la uva y poco a poco va creciendo el volumen de trabajo en bodega. En España se está a pleno rendimiento. Mientras, en Francia el viñedo se niega a arrancar. El año va a ser difícil en Francia. Pero en especial voy a poner atención a Burdeos.
Un invierno gélido bordelés, en donde los paisanos se preguntaban entre ellos (tiritando) que qué demonios significaba eso del calentamiento global. Que a ver si llega aquí ahora una bocanada de aire calentito y dejamos de tener escalofríos. Por si fuera poco, el cielo ha llorado en forma de lluvia constante, en donde esos mismos paisanos se preguntaban entre ellos si no les iba a salir cara de anfibio. A mi parecer, alguno de ellos ya llevaba esa cara incorporada de antes…
La primavera, que ya venía más retrasada que el cerebro de un dictador, tampoco ayudó con sus constantes lluvias. Dificultando de esa manera la polinización. O al menos eso me contó alguno de mis socios.
Ahora, en otoño, los paisanos bordeleses miran al cielo. Esperan que su dios Bacco les guiñe el ojo y les dé una vendimia estable. O al menos que les traiga alguna bacanal que les de alegría al cuerpo. Sí, de ilusión también viven por allí arriba…
Me ha hecho mucha gracia al preguntar sobre las fechas de vendimia de este año a un enólogo en Saint-Émilion. La respuesta ha sido: – A este paso, espero que vendimiemos antes de Navidad…-
Al menos humor no le falta.
¿Alguien puede sacar provecho de esta situación? Pues sí. Si hay menos producción, ciertos distribuidores querrán suplir las necesidades de sus enófilos con otros vinos, es decir “mi vino”. Y si bajan la calidad de sus vinos, quizás “mi vino” podrá saltarles. O si bajan los precios y se quedan en mi rango de precio, tal vez “mi vino” les pueda dar codazos, molestar y competir por una posición mejor en el lineal de una tienda. Y hablando de competir, en esa añada “mi vino” puede patearles en un concurso, cata a ciegas, o guía de vinos…
Nada de ello es fácil, ni tampoco estoy dando soluciones que vayan a ser una panacea. Pero esta noticia marca ya un inicio, y es una situación sobre la cual reflexionar por si interesase plantear alguna táctica comercial.
Arturo Blasco
Enólogo.
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Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
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