La importancia de la etiqueta de vino
A estas alturas no vamos a entrar a debatir sobre la importancia de la etiqueta en un vino. Se ha escrito y argumentado con estudios y encuestas entre consumidores sobre el tema.
La etiqueta es el único elemento del que dispone el consumidor para obtener información del vino. La bodega debe aprovecharla para dar a conocer su producto. No solo para trasmitir a información técnica, legal y comercial, sino no para poder crear un vínculo entre el vino y el posible comprador final.
Lo primero que llama la atención del consumidor en cualquier producto es su estética, su diseño. La etiqueta ha de cubrir las exigencias y necesidades tanto del consumidor ocasional como del consumidor más experto que busca otras características, cualidades y matices en un vino.
La etiqueta ha de cubrir las exigencias y necesidades tanto del consumidor ocasional como del consumidor más experto que busca otras características, cualidades y matices en un vino.
La etiqueta tiene que ser capaz de contar una historia, e intentar comunicar la personalidad del vino. Cometido, que aun pareciendo sencillo, resulta tremendamente complejo, más teniendo en cuenta que estamos inmersos en un mercado global, en constante evolución y muy marcado por tendencias y modas.
Hay diseños contemporáneos creados hace 20 o 30 años que evolucionan bien y continúan siendo actuales y existen diseños actuales que ya han caducado.
¿Dónde se encuentra el verdadero equilibrio?
En primer lugar, la etiqueta debe ser congruente con el vino. En segundo lugar, ha de responder a las expectativas del consumidor para no defraudarle y en tercer lugar, el lenguaje visual o el diseño debe tener una narrativa y ser capaz de contar cosas sobre el vino.
El diseño debe tener una narrativa y ser capaz de contar cosas sobre el vino.
Todos tenemos un primo, un amigo, un cuñado o una novia artista. Pero pocos son los que desmarcándose de los “compromisos” familiares y amistades y también, porque no decirlo, invirtiendo algo de dinero, han confiado la imagen de sus vinos a profesionales del diseño.
Esa es la clave de asunto, lo que marca la diferencia. Lo mismo que no confiaríamos nuestro viñedo a un amigo o pariente sin conocimientos de viticultura, o no escatimamos en la compra de en una máquina de embotellar, un filtro tangencial o una barrica, ¿por qué lo hacemos con la imagen de nuestro producto.?
Debemos de realizar el ejercicio de no dramatizar que el éxito de un vino se reduce a una simple elección por parte del consumidor por el diseño de la etiqueta. Eso no ha de restar mérito al trabajo efectuado en la viña o en la bodega. Se trata simplemente de las reglas del mercado.
En algunos casos la elección por parte del consumidor se basa en el diseño de la etiqueta. Eso no ha de restar mérito al trabajo efectuado en la viña o en la bodega. Se trata simplemente de las reglas del mercado.
Se nos llena la boca hablando de la importancia de elaborar vinos para las nuevas generaciones de consumidores como los millennials. Y son las nuevas generaciones, precisamente los más sensibilizados con la estética y los que mayor importancia le otorgan al diseño del Packaging. Sin olvidarnos del incremento de las compras on-line; donde un buen relato y una narrativa visual es vital para seducirlos, convirtiéndolos en prescriptores de nuestros vinos.
CEO. Vinos Distintos CEO. Gloops Brandrink
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