Las denuncias de los sindicatos. Así no…
Con lo necesarios que han sido los sindicatos y su labor se ve enturbiada por el mal hacer, más que de las entidades en sí, a personas concretas. Hay quien cada año la quiere liar, es su momento de gloria y lo aprovecha a cualquier precio. Recuerden la denuncia del año pasado a “todas las bodegas” por elaborar vino con azúcar. El año anterior, poniendo en duda que algunas bodegas pagaran la uva, y así año tras año, dando cada uno su golpe de efecto, para tener su momento de gloria.
Aconsejo a la institución que se libren cuanto antes a este tipo de personas, solo saben hacer daño al sector y no deberían estar respaldados por ninguna institución.
Saben que no tengo pelos en la lengua cuando se trata de defender al sector y no me importa que me pueda perjudicar; desde una postura imparcial, hay que decir las cosas tal y como se ven. Me puedo equivocar, por supuesto, pero nunca me podrán decir que no escribo lo que pienso y que me escondo algo por no publicarlo.
A mí me parece lógico, normal y necesario la existencia de los sindicatos agrarios; han conseguido muchas cosas buenas para el viticultor y para el sector en general.
Que un sindicato exija precios más elevados por la uva, por ejemplo, es normal, justo y necesario, debe defender siempre al agricultor, hay quien dice que se pasan porque a veces piden demasiado precio. Pero yo digo que están en su papel, es lo que se espera de ellos. Que pidan mejores condiciones para el campo, jornadas controladas en sus horarios, descansos, un sueldo digno para los trabajadores, etc., sigue siendo normal y necesario, de hecho, con esto han conseguido muchas cosas que han sido buenas y yo las aplaudo sin duda alguna.
La exigencia, por ejemplo, de que antes de meter la uva se sepa el precio y haya un contrato firmado, también es normal, aunque sea difícil de cumplir en los primeros días de vendimia.
Por tanto, cuando las reclamaciones son justas, y para mejorar el sector, son bienvenidas.
Desde hace centurias se repiten los precios entre las bodegas. No por acuerdo, sino por generalización de precios.
Sin embargo, cuando se intentar hacer daño, perjudicar por perjudicar y en ocasiones mentir por mentir, haciendo daño a todo el sector, eso ya no es de recibo. No es de recibo decir que quizá no paguen la uva, cuando al final se paga y no se piden disculpas ni se rectifica. No es de recibo acusar, sí, acusar a las bodegas de hacer trampas a la hora de elaborar, cuando luego, tras profundas investigaciones salieron dos o tres bodegas y en pequeñas proporciones, cuando la acusación se extendía a miles, haciendo dudar al consumidor del vino y poniendo en duda su sector.
Este año ha tocado denunciar a la AICA, esgrimiendo que las bodegas acuerdan previamente el precio que se va a poner a la uva. Saben que es falso y, aunque no lo sepan, el resultado es el mismo: dañan al sector, sobre todo a la parte industrial, al comprador de uva, al que persiguen de forma inmisericorde desde hace años, no sé exactamente porqué causa.
A los artífices de esta maldad: remóntense diez años, veinte, cincuenta, cien, o mejor doscientos, ¡doscientos años! Entonces ni existían ustedes, ni había sindicatos, ni AICA. Si repasan año por año hasta nuestros días, verán, qué casualidad, que siempre, desde hace centurias, siempre se repiten los precios entre las bodegas. ¿Se ponían de acuerdo? Si muchas veces eran competencia, como lo son ahora, ni hablan ni quieren hablarse. Entonces ¿por qué ponían el mismo precio? Muy sencillo, porque si una bodega pone un precio de un euro el kilo de uva, por ejemplo, y la de al lado, en el mismo pueblo, pone ochenta céntimos, sencillamente no le entra ni un kilo de uva, es así de fácil y lo saben. Siempre, absolutamente siempre se ha puesto el mismo precio en las localidades y en las cercanas, al menos. Y toda Mancha, por poner una zona, está esperando que una bodega ponga precio a la uva poner el mismo precio el resto, pero sin ponerse de acuerdo, sin hablarlo, sólo se generaliza. Luego hay poblaciones que pueden subir, bajar, pero sobre una base.
Es ridículo lo que dicen: “ponen igual hasta los céntimos”. ¡Por supuesto! ¿Se quedarían más tranquilos si una bodega pusiera 0,000001 € más o menos? Ridículo.
Por esta cuestión han denunciado a todas las bodegas, con el único fin de que sean sancionadas, no sacan nada en limpio, solamente que se les multe por algo normal y que se viene haciendo cientos de años. Pues yo les digo una cosa, lo primero que a nadie se le obliga a llevar su producto a ningún sitio. En todas las bodegas se ha recibido, en plena vendimia, un aviso de inspección exigiéndoles papeles y papeles, por si no tuvieran poco que hacer en vendimia. Solo se busca el perjuicio, sin sacar nada a cambio. Estarán satisfechos.
Y mientras se deciden de una vez a extirpar al responsable o responsables de este negocio, recuerdo que precisamente este año es el que más variación de precio de uva hay en todos los que me acuerdo y ya peino canas, por tanto, ha elegido el peor año para su venganza.
Quizá los industriales deberían tomar alguna medida de fuerza contra gente así. A mí me llegan muchas a mis oídos por las continuas llamadas que tengo en vendimias, pero no las pondré, quizá en otra ocasión.
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