La variedad de uva Kyoho, la más cultivada del mundo
La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) ha publicado recientemente un interesante informe sobre la distribución de las variedades de vid en el mundo, mostrando, además, la tendencia que marca la evolución de cada una de ellas. Si lo consultamos, descubrimos que la uva Kyoho es la variedad más plantada en el mundo. He de reconocer, y no sé si avergonzarme por ello, que es la primera vez que la oigo nombrar.
De las 10.000 variedades de vid conocidas del mundo, 13 cubren más de un tercio del área mundial de viñedos y 33 variedades cubren el 50%. En el siguiente cuadro se pueden ver las trece variedades más plantadas a nivel mundial.
La primera de la lista, la uva Kyoho, se dedica principalmente al consumo como uva de mesa, y, según he leído, se inició en Japón, aunque China es el sitio donde más se cultiva. Es jugosa y muy dulce y la tendencia de plantación es al alza.
La segunda uva más plantada es la Cabernet Sauvignon, que ocupa el primer puesto si nos referimos al uso exclusivo para vino. En tercer lugar la Sultanina, otra uva de mesa, y la Merlot.
Aparte de esto, y ciñéndonos a lo que más nos interesa, a España, vemos que la Tempranillo ha superado ya en extensión a la Airén, nuestra Airén, que en el cuadro nos dice cosas muy esclarecedoras. En primer lugar, es la primera uva blanca plantada en el mundo, con 218.000 hectáreas, seguida muy de cerca por la uva Chardonnay. Pero hay una cosa muy significativa: es la única de las trece más plantadas, con una clara tendencia a la baja en su plantación; es decir, se destruyen hectáreas y no se plantan nuevas. Esto, desde luego, ya lo sabíamos, hace pocas semanas comentaba cómo la uva Airén, insignia de La Mancha, un año más, no se beneficiaria de las subvenciones de la reestructuración.
La uva Airén es la primera uva blanca plantada en el mundo, con 218.000 hectáreas, seguida muy de cerca por la uva Chardonnay. Pero es la única de las trece variedades más plantadas, con una clara tendencia a la baja en su plantación.
Mucho me temo, no sé si para bien o para mal, que en una década la uva Airén quizá no esté ya entre las más plantadas del mundo. Quizá sea eso sencillamente lo que tengamos que hacer, quizá la gran reconversión que nos quede hacer en España, en La Mancha más concretamente, sea la sustitución de nuestra uva por otras variedades más conocidas en el mundo y con vinos más reconocidos. Fuera de La Mancha apenas podemos ver una cepa de Airén, y no es lo mismo decir que tenemos un vino de Airén, que tener un vino de Chardonnay o Sauvignon Blanc. Con esta situación en los mercados internacionales, nuestra airén puede que se quede para lo que más se utilizaba antiguamente, y para lo que es mejor que ninguna otra, para la destilería para alcohol vínico, dando los mejores brandis. O bien para mostos dulces, pálidos y neutros que nos dan excelentes calidades. De esta forma, nos tendremos que decantar por las otras variedades blancas internacionales más conocidas, para la elaboración de nuestros vinos.
Otras variedades como la tempranillo no corren la misma suerte, pues, en continuo crecimiento, sí parece que tiene un futuro que parece que se le niega a la Airén.
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