La guerra del cava se traslada a las nuevas plantaciones
El deseo de los elaboradores de cava de fuera de Cataluña, que apenas acaparan el 7% de la producción, puede verse frustrado si se confirman las noticias, adelantadas el pasado domingo por Vidal Maté, en el diario El País, en las que asegura que el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, que es quien decide, autorizará un incremento máximo de las plantaciones del 0,5% hasta las 170 hectáreas año.
Esta solución salomónica no contenta a nadie, ya que los actuales rectores del Consejo Regulador, que preside Pedro Bonet, de Freixenet, están por la congelación total, mientras los extremeños de Almendralejo, donde se ubican cinco empresas elaboradoras, y los valencianos de Requena, que acogen a 20 cavas, de las 216 empresas que existen en España, pretenden una ampliación que choca en principio con las directrices comunitarias, que no quieren que ningún país supere el 1% de nuevas plantaciones sobre el viñedo ya existente.
La producción de cava en España asciende a 300 millones de kilos de uva con los que se han elaborado 245 millones de botellas, de los que 160 millones han ido a parar a la exportación, algo más del 65% del total, ya que el consumo nacional ha bajado y se sitúa en algo más de 85 millones de botellas, de los casi cien millones que llegaron a consumirse.
Algo más del 65% del total del cava producido en España se exporta.
Aunque Cataluña, especialmente Sant Sadurní d´Anoia y su comarca, continúa siendo el alma mater de este vino espumoso que compite en los mercados internacional con el champán y el prosecco, Requena cuenta ya con 4.000 hectáreas y Almendralejo con 1.364 hectáreas. Esta última ha pasado de elaborar 76.000 botellas en 2004 a algo más de seis millones en la actualidad. Y su capacidad de elaboración crece.
Por otra parte, los rectores del Consejo Regulador, que recientemente aprobaron la figura de “Cavas de Paraje”, con la intención de incrementar la presencia, especialmente en mercados internacionales, de cavas de alto nivel, aseguran que este cambio de orientación está dando sus frutos, ya que crecen las ventas y los ingresos de las empresas. La intención de limitar las ventas de cavas con marca blanca, donde Almendralejo y algunas empresas catalanas se encuentran a gusto, choca con la posición mayoritaria del Consejo.
Almendralejo ha pasado de elaborar 76.000 botellas en 2004 a algo más de seis millones en la actualidad.
Como es lógico, esta disputa no está exenta del choque político que en los últimos años ha tenido el boicoteo al cava catalán, problema que ha beneficiado a los productores minoritarios de otras zonas que han comenzado a ubicar sus cavas en el mercado. Sin embargo, y pese a la confrontación política entre parte de la sociedad catalana y el Estado, no parece que los hechos vayan a repetirse, máxime cuando una de las cavas catalanas más importantes, Codorniu, ha trasladado su sede a La Rioja, y cuando la otra, Freixenet, hace gala continuamente de su españolismo, con su presidente José Luis Bonet a la cabeza.
El problema al final es que el Ministerio cuenta con poco margen de maniobra para actuar en este conflicto, aunque haga lo que haga no contentará a ninguna de las partes en liza.
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José Luis Murcia
Periodista. Presidente de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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