La crisis del rublo cambia la realidad rusa del vino
Medios de comunicación especializados de Alemania, Francia o Reino Unido coinciden en que la crisis del rublo, agudizada a finales de 2014, aderezada con las sanciones económicas de la Unión Europea y los Estados Unidos y la tensión por el conflicto de Ucrania amenazan con el colapso del mercado del vino,
especialmente en sus gamas media y alta, ya que la burguesía rusa ha puesto coto al consumo por el convulso momento que viven.
Nadie es ajeno, especialmente los empresarios, al precio del dinero que el Banco Central ha elevado del 10,5% al 17% en un momento en que el cambio del rublo se sitúa en cien unidades por euro. Estos movimientos han puesto en jaque a un sector que hace solo dos años causaba furor en Moscú. Por ejemplo, el consumo del champán.
Los vinos han disparado sus precios como consecuencia de cargas impositivas estatales, devaluación de la moneda, comisiones bancarias, gastos en mercadotecnia, seguros de riesgo, inflación, salarios y márgenes de los restaurantes y la demanda ha caído en picado. Todo lo contrario de lo que ha ocurrido con los vinos más baratos.
España, por el contrario, ha incrementado en el interanual a marzo sus ventas en valor en un 57%, según datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (www.oemv.es), hasta los 42,8 millones de euros y casi un 156% en volumen, pero con un precio medio de 0,59 euros el litro, ya que la mayor parte de las compras se han centrado en el vino a granel más básico.
En los tres primeros meses del año 2015, España ha vendido vino en Rusia por valor de 6,6 millones de euros con un volumen de granel sin DOP ni mención varietal superior a los 7,65 millones de litros, mientras en ese mismo periodo las ventas de vinos envasados con DOP alcanzaron los 154.000 litros.
Los vaivenes de la moneda, que en abril de este año se situó en 55 rublos por euro, ha supuesto cierres de establecimientos, suspensiones de pagos y reajustes de mercancías hacia los vinos más baratos, especialmente aquellos cuyos precios venta al público oscilan entre 1,5 y 10 euros por botella.
Los restaurantes y bares de lujo se han hundido y los que quedan se reciclan con la oferta más adecuada a la realidad actual. Esta situación ha hecho florecer las compras de vinos de la región y se ha incrementado el consumo de los elaborados en Rusia. Un nuevo escenario para una nueva situación.
José Luis Murcia
Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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