JOANNA CIBOROWSKA, brand ambassador de Bodegas Perica
«Nos falta ser más ágiles, rápidos, ir en una piña ofreciendo el vino de alta calidad y cobrando su precio correspondiente». Apasionada del vino y conocedora como pocos de la visión que se tiene de nuestros vinos en el exterior, Joanna Ciborowska revisa nuestras fortalezas y nuestras debilidades para ganar terreno en los mercados extranjeros y para recuperar el consumo nacional.
"Nos sobra buen vino y nos falta ser más ágiles, rápidos, ir en una piña ofreciendo el vino de alta calidad y cobrando su precio correspondiente"
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¿Qué te sedujo del vino para enfocar en él tu vida profesional?
Principalmente fue pasión por el vino. Disfruto del vino desde hace muchos años. Cuando era pequeña a mi padre le encantaba el vino húngaro de Tokay. Mis padres organizaban cenas con bailes para sus amigos durante las cuales disfrutaban de los vinos húngaros, principalmente. Nuestra casa olía a Furmint, una de mis uvas favoritas. Mi vida profesional en su primera fase estaba enfocada al derecho, luego me apasionaron otras áreas como el desarrollo de los negocios internacionales, el marketing y la gestión de empresas como la que finalmente estoy representado, una de las más increíbles bodegas familiares de la Rioja Alta: Bodegas Perica.
- Como mujer en un puesto de responsabilidad dentro de una bodega, ¿quedan muchas brechas por cerrar en el mundo del vino?
A ver, según mi experiencia, quedan muchas brechas por cerrar en la sociedad en general. Yo en el mundo del vino en España me he encontrado con muy buena gente, tanto hombres como mujeres, y también con gente complicada y sin conciencia, como en cada sector.
- ¿Qué le sobra y qué le falta al sector?
Nos sobra buen vino y nos falta ser más ágiles, rápidos, ir en una piña ofreciendo el vino de alta calidad y cobrando su precio correspondiente. Tanto en el mercado nacional como en el internacional.
"Haría falta llevar a los jóvenes a las bodegas, en un principio no para consumir, pero sí para enseñarles una gran parte cultural de su país, dando, por ejemplo, clases de física y química in situ basándose en los procesos de vinificación, etc."
- ¿Cómo definirías el actual marketing del vino que se está haciendo en España?
Se hace muchísimo, pero siempre se puede hacer más. Entre otras cosas nos ayudarían las subvenciones de Estado para promocionar el vino como bebida nacional de España entre varios tipos de consumidores: jóvenes, mujeres, deportistas, etc.
- ¿Qué crees que pueden hacer las bodegas para captar al consumidor joven?
Principalmente creo que la enseñanza de consumir el vino debería estar centrada en los padres en sus casas. Es suficiente mirar cómo se traslada la pasión por el vino a los jóvenes en otros países, como por ejemplo en Francia e Italia. Los jóvenes consumen vino en casa, primero diluido con aguas con gas, hielo, fruta, etc. Luego pasan a consumirlo de manera responsable y equilibrada. Haría falta llevar a los jóvenes a las bodegas, en un principio no para consumir, pero sí para enseñarles una gran parte cultural de su país, dando, por ejemplo, clases de física y química in situ basándose en los procesos de vinificación, etc. Serían unas clases preciosas.
- ¿Cómo se percibe el vino español en los mercados internacionales?
El vino español gusta mucho por su autenticidad, por la posibilidad de probar uvas diversas, los aromas, los sabores… Nos hace falta estar en todos los países con más promoción, creando relaciones más profundas.
- En ese sentido, ¿España está haciendo los deberes en materia de exportación? ¿Qué nos falla ahí fuera y qué nos hace ganar puntos?
La exportación sigue creciendo, estamos presentes en todos los mercados, pero como he dicho antes, nos hace falta más ímpetu en los mercados extranjeros. Tenemos unos jugadores y competidores fuera que son muy fuertes, intensos, que visitan a sus mercados cada mes o cada dos meses, organizan catas para varios clientes-objetivo definidos por sus importadores y crean alianzas con productores de otros alimentos. Así conquistan mercados, literalmente. Ahí debemos estar muy activos, invirtiendo tiempo y dinero. Por último, ganamos puntos con la calidad de nuestro vino, que es diverso, mágico, muy sabroso y gastronómico.
Óscar Varela
Periodista, viticultor y productor de vino.
Consultor en comercio exterior.
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