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Gastronomía y festival erótico

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Me invitaron la semana pasada a un festival erótico, el Valencia Sex Festival. El director de comunicación, quien me convenció para asistir, me dijo que trataban de quitarle la caspa al erotismo, ofreciendo nuevas maneras de disfrutarlo.

Por ello, se ofrecía un espacio diferente. Se trata de un festival en donde no sólo se hacen shows en vivo, sino que es un lugar en donde a lo largo de la semana hubieron charlas de educación sexual, de integración de personas con diferentes discapacidades,además también hablaron diferentes colectivos con sus diferentes reivindicaciones. También pude ver diferentes stands a modo de mercadillo de juguetes, accesorios, e incluso muebles eróticos. Todo un bazar. Lo mejor de todo, es que me encontré con mucha gente conocida. Gente de diferentes ámbitos y gustos, que se habían juntado allí llamados por la curiosidad del festival.

Pero también se habló de gastronomía. Ese fue el motivo por el que me acerqué. Tuve la ocasión de charlar con Javier Serrano, uno de los pioneros de la asociación valenciana de sumilleres. Al poco de entablar conversación con él, no tardamos en hablar de vinos, pero finalmente nos centramos en su proposición gastronómica.

Durante trece años, lleva rompiendo moldes fuera de nuestras fronteras ofreciendo viajes sensoriales. Realiza cenas temáticas en donde los cinco sentidos cobran protagonismo. Me hablaba con pasión de lo que hacía. Realmente, me dejó con ganas de probar y de experimentar todo ese carrusel de emociones que hacía sentir a los y las comensales de sus cenas.

Próximamente hablaré un poco más a fondo de su propuesta. Me parece muy interesante que existan estas formas de degustar una comida y un vino. Cuando comemos o bebemos, normalmente dejamos varios sentidos sin función. Pero sí que es posible jugar con más sentidos. Si se pudiese beber un vino en su región, en las parcelas del viñedo, con la suerte de coger un racimo y estrujarlo en nuestras manos, probando las nuevas uvas, imaginando que son una foto a color de lo que será el vino futuro, desde luego nuestra experiencia será mucho más placentera.

 

Arturo Blasco  
Arturo Blasco
Enólogo

Y precisamente de placer iba el festival.

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