Es el momento de apostar fuerte para revertir el consumo de vino en España

Las noticias que nos llegan desde el Observatorio Español del Mercado del Vino (www.oemv.es) sobre el cambio de tendencia en el consumo de vino en España, con un ligero repunte del 2,5% que alcanza el 10% en el caso de la hostelería, es una magnífica noticia para un país que ya se había acostumbrado, año tras año, a perder adeptos y consumo per cápita.

Pero, aún siendo un primer paso, no es suficiente. Y no lo es porque el consumo del vino, para nuestra desgracia, ha perdido demasiado fuelle en los últimos años. Parte del equipaje olvidado por el camino está ligado a los cambios de hábito, especialmente en las grandes urbes, de comer fuera del hogar y otra parte se debe a las campañas antialcohol, unas más justificadas que otras, impulsadas desde las diferentes Administraciones públicas.

Sin embargo, aún es posible continuar en la senda de las buenas noticias sin que los ciudadanos tengan que ponerse de vino hasta las trancas, ya que partimos de cifras muy bajas en un país de tradición mediterránea. Y hemos perdido adeptos que han ido a parar a desaforados consumos de bebidas de más alta graduación, sirvan de ejemplo los botellones universitarios mientras algunos rectores se niegan a que se hable de alcohol a adultos por si se les corrompe, o a sustancias aún más nocivas para la salud.

La decisión de algunos países del Este, como Rusia o Polonia, de expandir la cultura del vino para frenar el acceso a bebidas alcohólicas más peligrosas como el vodka y los altísimos índices de alcoholismo que allí había, ha tenido éxito. Por el contrario, las políticas prohibicionistas, el exceso de petulancia y el elitismo exacerbado entre los bebedores de vino, nos han llevado al actual punto de partida.

La creación de la Interprofesional, una mejor política de marketing de las bodegas españolas y un adecuado enfoque sobre la importancia de la cultura del vino entre los más jóvenes han servido para mejorar ligeramente la percepción de esta bebida y su consumo.

Pero aún queda mucho por hacer. Urge que comience a funcionar de nuevo el Grupo Parlamentario del Vino, bien apoyado desde la Federación Española del Vino (FEV); vendría bien una iniciativa como la impulsada por los Gobiernos de Argentina y Uruguay de declarar el vino Bebida Nacional mediante una ley consensuada por los diferentes grupos parlamentarios y es importante que la Interprofesional se ponga las pilas y comience a funcionar.

Urge también premiar la calidad en las bodegas y, especialmente en las cooperativas, para lograr un mayor valor añadido, desde el más modesto vino a granel hasta el vino de mayor calado y precio porque eso va a repercutir favorablemente en los ingresos de viticultores, bodegueros y cooperativistas. Y conviene realizar estudios serios y profundos sobre de dónde venimos y adónde vamos. Con ello, todos saldremos ganando.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV