Embajador de marca

La reputación de una importante firma bodeguera o de una marca no pasa en estos momentos sólo por tener una presencia cuidada en medios sociales o en la sociedad acorde a sus intereses y un especialista en comunicación corporativa.

Es necesario, cada vez más, contar con profesionales que humanicen sus enseñas y potencien sus objetivos comerciales y de imagen de una forma más sutil.

De ahí que sumilleres, blogueros, foreros, responsables de agencias, periodistas especializados y otro tipo de prescriptores hayan irrumpido para respaldar las políticas de comunicación de grandes compañías, desarrollando sus acciones principales en internet y aprovechándose de su buena reputación o de los portales temáticos a los que representan y de su agenda de contactos para que todos con los que nos relacionamos estén predispuestos a darnos un trato aún mejor.

De esta forma, se une mucho más a la empresa y al profesional que trabaja en ella de forma directa o de forma privada hasta llegar a un grado de identificación que es el ideal. Y en esta lucha lo mejor es combinar acciones internas con otras que se realizan de forma externa para que no sea tan evidente.

Todo esto es tan complejo que sigo pensando que lo ideal sería contar con un periodista especializado que tuviera experiencia como prescriptor y amplios conocimientos sobre cata de vino y cultura del vino en general, aunque es complicado dar con los profesionales adecuados que aglutinen todos los aspectos de este perfil. Así, un sumiller puede sobresalir en presentaciones y eventos, pero no contará con las mismas armas que un profesional de la comunicación curtido en mil batallas y que sepa resolver situaciones de crisis. Lo que ganamos por un lado, lo perdemos por otro.

No obstante, la importancia radica en buscar un equilibrio entre los medios de los que disponemos y el conjunto de stake-holders (clientes, proveedores, medios de comunicación, políticos,…) con los que tenemos que interactuar y aplicar las mismas pautas que en todo tipo de relaciones sociales. No cansar ni recurrir tan sólo a ellos cuando nos interesa.

En esta misma tribuna he comentado en más de una ocasión que debemos potenciar un trato directo con los periodistas y los críticos de vino, propiciando encuentros y manteniendo un hilo continuo informándoles de lanzamientos y enviándoles muestras de nuevos productos cuando se producen y siendo sensibles a aspectos de su vida personal, algo mucho más fácil con redes como Facebook. Se trata de establecer un win to win, que en muchos casos se limita a brindarles información de nuestros vinos de forma automática cuando nos lo solicitan y de estar al quite ante cualquier demanda comunicativa que nos hagan llegar.

Algunas firmas confeccionan ya cajas individualizadas para enviar como regalo de cumpleaños de catadores y líderes de opinión, que provocan un efecto rebote al remitir su agradecimiento a través de las redes sociales y a sus miles y miles de seguidores, mientras que los que no tienen ese prestigio airean su envidia a base de “me gusta”.

Aunque debemos ser cautos a la hora de elegir a quién encomendamos esta noble labor, porque puede ser alguien que, por su carácter o su trayectoria, reste más que sume o tenga muchos enemigos en un sector demasiado pequeño, donde todos nos conocemos perfectamente.

José Luis Martínez Díaz Licenciado en CC. de la Información, miembro de la AEPEV y de la FIJEV. Artículos Relacionados