El sector del vino a granel comienza su cuenta atrás tras la nueva cosecha
La VIII Edición de la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) que el martes pasado cerró sus puertas en Ámsterdam, no ha sido sino el punto de partida de cómo el sector del vino a granel va a abordar un año en el que la cosecha, con excepción de España, Australia, Estados Unidos, Nueva Zelanda y, en menor medida Italia, han experimentado una caída de la producción que podría afectar el futuro del comercio internacional.
Los primeros cambios se han producido precisamente en España con un encarecimiento de la uva que, en general, ha oscilado entre el 20% y el 35%. La cuestión es saber ahora si los bodegueros y cooperativistas van a repercutir ese encarecimiento, total o parcialmente, en el resultado final.
Los datos que se van conociendo de manera parcial por el seguimiento que realiza, entre otros organismos, el Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), indican que las ventas de granel han bajado el volumen, que se recupera el precio medio gracias al incremento de las ventas del segmento de mayor valor añadido (denominación varietal, indicación geográfica protegida y denominación de origen) y que todo el mundo mira al de al lado con cara de póker para intentar averiguar cuál será la próxima jugada.
El comportamiento del vino a granel varía de forma sustancial en función de la producción y, sobre todo, el más básico se mueve de la misma forma que cualquier commodity. Muy diferente, por el contrario, es el comportamiento de los vinos a granel con mayor calidad y mejores precios, ya que ese porcentaje, aunque fluctúe en función de la producción, no depende tanto de esta, ya que solo afecta a una parte, todavía pequeña, del grueso del negocio.
Y es ese tipo de vinos los que han crecido del 16% al 28% en los datos a junio. Si esa tendencia finalmente se consolida, España estará en la buena senda y no importará tanto la cantidad que venda como la calidad y el precio percibido por esta. Lo importante en un vino no es si se vende a granel o envasado, como hemos defendido siempre desde esta misma tribuna, sino si resulta más o menos rentable al elaborador.
De nada sirve vender mucho vino embotellado si el precio percibido por el mismo no llega al euro, como está ocurriendo en no pocos casos y con denominaciones de origen más que prestigiadas. Y no hay que lamentarse por vender vinos a granel cuando se obtiene un buen precio por el mismo.
El comercio es una carrera que acaba de comenzar. En el mercado se encuentran ya experimentos consolidados como el Beaujolais Nouveau francés, uno de los mejores inventos para vender un vino joven de la variedad tinta gamay que poco tienen que envidiar a los jóvenes de La Mancha, Jumilla o Cariñena, por poner tres ejemplos, pero la veteranía y el saber hacer francés es un grado del que debemos aprender. Y este año es una oportunidad más para hacerlo.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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