El mosquito verde se hace fuerte en muchos viñedos de España
Cuando todo hacía presagiar una cosecha récord de vino, en un año en que las existencias a nivel mundial han retrocedido, varios factores han contribuido decisivamente a que el viñedo español aspire en estos momentos a terminar la vendimia con una cantidad moderada que, incluyendo mostos, oscilará, según diversas fuentes, en torno a los 40-42 millones de hectolitros de vino, aunque todavía es aventurado hacer cábalas.
En primer lugar, la sequía en zonas como Castilla-La Mancha, Murcia, Levante, Andalucía y Extremadura ha tenido un efecto devastador sobre algunas variedades, especialmente en secano, que han llegado a duras penas a entrar en el lagar. Para colmo de males, se ha hecho presente el mosquito verde.
La presencia del mosquito verde en los viñedos no es nueva. Se trata de un insecto de 2-3 milímetros de longitud, de color verde vivo, que se instala en el envés de las hojas de las vides y chupa la savia de la planta. Pone además multitud de huevos pegados a los nervios de la hoja y con su acción, salvaje en no pocas ocasiones, retrasa la maduración de la uva, atrae otras plagas, especialmente fúngicas, con el consiguiente debilitamiento de la planta, provoca la defoliación rápida de la planta tras tender a convertirse en marrón, quita vigor a esta para esta campaña y la que viene y merma la producción de forma considerable.
Esta plaga es inherente al viñedo y a otras plantas como naranjos, melocotoneros, pimientos, alcachofas, alfalfas o girasoles. Casi todos los años pueden observarse en los viñedos de toda España algunas hojas afectadas por el mosquito verde, aunque no pasan de ser una anécdota. Según los expertos, la abundante lluvia caída en primavera y la sequía posterior han sido un excelente caldo de cultivo para el bichito en cuestión, que se ha hecho fuerte y, en algunos casos, se ha convertido en plaga. Hasta el año pasado, los viticultores no tenían prácticamente noticia de su existencia, aunque sí es una plaga bien conocida por la mayor parte de los ingenieros agrónomos que lidian habitualmente con el viñedo.
Los avisos llegaron en momento y forma, por parte de las estaciones de seguimiento de plagas, en Andalucía, Extremadura y en las zonas de Méntrida, Mancha, Campo de Calatrava y Campo de Montiel. Los agricultores que trataron a tiempo con principios activos como Acrinatrin, Clorpirifos, Flufenoxuron, Imidacloprid, Indoxacarb, Tiametoxan o Fenpiroximato han logrado paliar los daños en buena medida o eliminarlos por completo. Hay métodos tradicionales como la lucha biológica con mariquitas y avispillas que palian, pero no eliminan, la plaga; así como el uso de agua jabonosa sobre la parte infectada; la pulverización de ortigas frescas maceradas o una solución acuosa con jabón neutro, alcohol y colillas de tabaco macerados y pulverizados. La agricultura ecológica utiliza un producto fertilizante y a base de humus de lombriz denominado HTpro Flame, que puede usarse en cualquier momento de la plaga y especialmente como preventivo. Lo cierto es que una nueva vía de problemas se abre a los viticultores que tendrán que lidiar los próximos años con la espada de Damocles de una nueva amenaza.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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