Apuesta por la calidad porque rectificar es de sabios
De un tiempo a esta parte, algunos políticos se han sumado a la cantinela de identificar vino envasado con calidad y vino a granel con falta de calidad.
Ese mensaje, espoleado desde la Federación Española del Vino (FEV), organización que aglutina a una parte importante de la patronal del sector, reparte bendiciones entre todo el vino español que sale envasado desde origen, aunque parte del mismo se venda en destino a precios por debajo del euro, y lanza a las fauces del dragón de San Jorge a todo el vino, de calidad o no, que sale en contenedores hacia otros destinos para ser embotellado fuera de nuestras fronteras.
Estos alegatos se han realizado, además, en Castilla-La Mancha, mayor productora de vino del mundo y donde el vino a granel acapara más del 50% de las ventas en el exterior y, probablemente, el 75% de la producción. Quizás por eso, la presidenta de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, se viera obligada a matizar sus últimas declaraciones al respecto en el cierre de la Asamblea de las Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha, celebrada la semana pasada en Alcázar de San Juan, ante un público que elabora bastante vino a granel.
Cospedal resaltó en este foro la necesidad de una apuesta general por la calidad “no solo del embotellado sino también del granel, que ha de ser un producto de la mejor calidad”. Esta aseveración coincide con el panorama anunciado recientemente en Fenavin por el director del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Rafael del Rey, quien puso como ejemplo el vino italiano para ver cómo había evolucionado en 15 años su apuesta por la calidad, que le había llevado a incrementar sus ventas de envasado, también de espumosos y a vender mejor y a mayor precio el vino a granel, tal como lo demuestran cada año en la World Bulk Wine Exhibition, de Ámsterdam.
Una vez más, el problema de la mayor o menor calidad del vino no es exclusivamente del vino a granel. Es cierto que puntualmente, sobre todo cuando existe una macrocosecha como la de 2013 en España, la salida masiva del vino de la calidad más inferior al comercio internacional repercute inevitablemente sobre el precio final de casi todas las categorías de vino, especialmente de las más económicas. Pero el debate de la regulación o autorregulación del sector debe ser una decisión tomada por los diferentes actores en el seno de la interprofesional, que para eso está.
El propio Del Rey ha confesado en varias ocasiones, pese a ser un decidido defensor de incrementar el porcentaje del vino envasado en España, que hace más daño a nuestra imagen en el exterior un vino embotellado barato y malo que un vino a granel, máxime si este cuenta con una calidad media/alta. En ese escenario, la apuesta, como bien matizó la dirigente del PP, debe ser claramente por la calidad. Es a partir de ahí cuando cada empresa debe optar, en función de su rentabilidad, por vender envasado cuando sus cuentas se lo permitan o a granel si su rentabilidad es superior en este segmento. Incrementar el envasado a golpe de entusiasmo como preconiza el presidente de Freixenet solo serviría para hundir el mercado de España, especialmente el del envasado que podría arrastrar los precios a la baja. Y no digamos la calidad…
José Luis Murcia
Periodista. Miembro de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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