Alma de Protos. Ser Primero
Que una marca reúna a un grupo de periodistas para presentar sus novedades está a la orden de día, pero que esa marca sea un referente del sector y que entre su selección incluya referencias fuera del mercado, ya no es tan común.
Intuí que esta era una de esas invitaciones que iba a aceptar en cuanto sonó el nombre de Protos, supe que asistiría cuando comprobé que la propuesta se encajaba en el restaurante Metro Bistró y acabé de entusiasmarme cuando me hablaron de un maridaje musical. Todo eso tenía que verlo yo.
Solo había una incertidumbre incómoda que me rondaba, el grado de seriedad con el que habrían envuelto el evento. Estaba tranquila respecto a Metro Bistró, un lugar que en su momento sí me había despertado dudas (las mismas que siento hacia CUALQUIER nuevo negocio que abra en las inmediaciones de la Plaza Mayor), pero que pronto se desvanecieron a través de la cordura atrevida de su chef, Mattías Smith. Metro Bistró es una excepción que, sin descuidar intereses ligados al turismo de paso habitual de esa zona, también saben mimar al público local, fidelizándolo con propuestas sencillas y efectivas como el Hummus con garbanzos de Fuentesaúco, pita crujiente y pimientos, o las croquetas caseras de mejillones.
Precisamente, esos fueron los bocados que eligieron para acompañar con la copa de bienvenida, un Protos… ¡rosado! La propuesta rosada de Protos supone toda una sorpresa para los que, como yo, escapan de las golosinas y el empalague en este tipo de vinos, que deben resultar refrescantes y sutiles para animarnos a repetir. En este caso, las ganas de repetir fueron, por suerte, reconducidas a través de la laberíntica cueva que esconde en su sótano el restaurante Metro Bistró. En un reservado enterrado bajo las piedras de la plaza Mayor de piedra, nos esperaba una mesa repleta de copas. Un escondite tan recóndito que apenas había señal de wifi, pero que guardaba un secreto: la acústica era perfecta para la tercera sorpresa de la noche, la música del cantautor Miguel Dantart.
Ante una mesa alargada, adornada con profusión de copas y vajilla, y repleta de ansiosos periodistas móvil en mano se presentó, pelirrojo y sonriente, el cantautor Miguel Dantart. Sin un ápice de timidez, a pesar de su presencia discreta presentó su ‘neo-costumbrismo urbanita’ adaptado esta vez al mundo del vino. Canciones que surgieron a partir de un reto con amigos pero que supo transmitir con la naturalidad de quien compone movido por la emoción del momento. La música de Dantart es íntima y quizás su voz no es para todos pero no se le puede negar las tablas y las ganas.
Y DE REPENTE, LOS VINOS
El motivo de todo esto. Una cata a través de la que se quería transmitir un mensaje muy claro, razón de ser de la bodega Protos: SER PRIMERO
Una actitud que les identifica desde 1927 cuando se convirtieron en la primera bodega de Ribera del Duero.
Tanto es así, que Protos tiene en propiedad el nombre Ribera del Duero, aunque desde 1982 lo utiliza el consejo regulador para identificar a la denominación de origen con autorización de Protos.
Tras una breve y bien llevada presentación de la bodega por parte de su enóloga, Marilena Bonilla, empezó el festín. Hasta 8 vinos desfilaron incansables (o quizás los incansables éramos nosotros) por la mesa.
PROTOS VERDEJO
DO: Rueda
Vino elaborado con un 100% de uva variedad Verdejo.
Cada vez se oye más eso de “es un verdejo que no lo parece” cuando queremos enfatizar la calidad de un vino elaborado 100% con esta uva (y aquí lo dejo para no alentar la polémica). Pues este es un vino que cumple, en el mejor de los sentidos, esta afirmación. Un vino para ocasiones especiales (no en vano tienen un precio alrededor de los 13€), y para descubrir todo el potencial de esta uva. La verdejo en su mejor día reside aquí.
PROTOS VERDEJO FERMENTADO EN BARRICA
DO: Rueda
Vino elaborado con un 100% de uva variedad Verdejo.
Fermentación en barricas nuevas de roble francés a 16ºC. Crianza sobre lías en esas mismas barricas durante 6 meses. Crianza en botella de un año.
A algunos de mis compañeros les pareció un vino un poco duro pero, para los que como yo, tengan debilidad por los blancos con madera, incluso cuando la madera destaca por encima de otras cualidades, este es su vino. Un vino de carácter indomable que se convirtió en mi favorito durante toda la comida posterior. Uno de esos líderes polémicos que no gustan a todos pero que saben como mantener a sus fieles.
PROTOS CRIANZA 2012.
DO RIBERA DEL DUERO
100% tempranillo de viñedos de unos 25 años. Con una crianza de 14 meses combinada entre roble francés y americano
Quizás el vino que más comúnmente se asocia con la marca Protos, elegante, repleto de fruta pero con notas de madurez, sutil pero largo en boca. Complejo.
PROTOS EN RAMA 2014
Uno de los regalos de la noche. Pocas cosas más gratificantes para quien le guste catar que ser invitado a compartir un secreto, un proyecto. La intuición de un vino en rama, que en este caso venía con la promesa de una larga y fecunda vida por delante
PROTOS RESERVA 2011
Una joya que tras 18 meses en roble Francés y Americano y 18 meses en botella se presenta elegante pero con carácter, intenso pero sutil, afrutado pero sin perder las notas tostadas características de la casa. Si algún amigo me confesase (cosa poco probable) no conocer la bodega Protos, antes de por ningún otro, creo que empezaría por invitarle a uno de estos. La conquista está asegurada.
PROTOS GRAN RESERVA 2006
El segundo gran regalo de la noche, un vino que ya no está en el mercado, descatalogado, finito. Y qué pena. Porque a pesar de sus casi 10 años, a este vino aun se le adivina vida por delante. Un vino vivísimo y repleto de matices, aquí se adivinaban tostados, especias. Una complejidad a la que seguro se le habría podido dedicar una cata en exclusiva. Sólo para este vino, desde luego la merece
Gran reserva 2001
Otro ejemplo de longevidad en un vino que, sin llegar a la complejidad del anterior, representa como ninguno el carácter propio de esta bodega.
Protos Selección ‘Finca el Grajo Viejo’
Tenía un recuerdo reciente de este vino, porque hace bien poco que había abierto una botella para disfrutarla con amigos. Llegué al final con las expectativas altas porque todo lo que recordaba de él era intenso, majestuoso. No me fallaba la memoria. Este vino es una fiesta, aquí la sutileza característica de la bodega da paso a la voluptuosidad, a la exhuberancia aromática y la intensidad de sabor. Una maravilla que nos dejó salivando, con los sentidos despiertos y alerta para recibir el menú que Mattías, chef de Metró Bistró, había preparado para cerrar la noche:
Fricase de hongos, trompeta crujiente y crema de apionavo.
Pez mantequilla braseado con salsa ponzu y ensalada de encurtidos.
Carrillera ibérica con demi-glace y papa nativa.
Degustación de quesos y sus seleccionadas guarniciones.
Dice Protos que el secreto de sus vinos está en los viñedos centenarios, en la estricta selección de uva a mano y las altas inversiones en I+d+i. Pero cuando aquella noche me fui con el paladar pletórico (y un tanto confuso por el alubión de emociones experimentadas) pensé que el verdadero secreto de estas bodegas que consiguen mantenerse míticas, añada tras añada, década tras década, reside en su visión de compartir. En esa difícil pero, al mismo tiempo, natural manera que tienen algunas personas de saber transmitir lo que es de uno, de forma que al compartirlo acabe siendo de todos.
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Directora del enoFestival. Festival de Música y Cultura del Vino |
Directora de marketing y comunicación de la WBWE Amsterdam – Asia
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