Los vinos ecológicos y biodinámicos de Cruz de Alba
La bodega Cruz de Alba, situada en Ribera del Duero y perteneciente al grupo Zamora Comany, presenta sus primeras añadas certificadas con sello ecológico. Además, también esperan obtener en breve la certificación Demeter, que abalará el trabajo en biodinámica que realizan. Esto es solo una forma de poner un sello identificativo para informar, a consumidores y mercados, de lo que llevan realizando desde sus inicios. “Decidimos desarrollar el proyecto de un viñedo más tradicional, una viticultura no intervencionista, 100% sostenible y biodinámica”, explica Sergio Ávila, enólogo y motor de la bodega.
Cruz de Alba elabora sus vinos 100% tempranillo a partir de un único viñedo, Finca Los Hoyales, situado en Padilla del Duero, perteneciente al municipio de Peñafiel (Valladolid). Tiene una extensión de 40 hectáreas, subdivididas en 18 parcelas, con viñas con edades comprendidas entre los 18 y 65 años, y diferentes tipos de suelo, trabajando en ecológico desde 2006 y en biodinámico desde 2008.
“El suelo es el mayor tesoro para el viticultor, es la forma de dar personalidad al viñedo y de dejar un legado”
A través de tratamientos naturales como el uso de compost, infusiones o preparados, las técnicas biodinámicas buscan potenciar la vida del suelo: “El suelo es el mayor tesoro para el viticultor, es la forma de dar personalidad al viñedo y de dejar un legado”. Todo ello, siguiendo un calendario biodinámico, pues esta práctica agrícola considera que los ritmos del sol, la luna y los planetas influyen en el cultivo. Así, se marcan días más propicios para la poda, para realizar determinados tratamientos, etc. Una forma de trabajar que intenta respetar los ciclos naturales para beneficiar así los frutos que da la tierra.
Desde que comenzaron a trabajar así el viñedo, su enólogo afirma que han visto cómo ha mejorado la viña: “Desde que trabajamos en ecológico y biodinámica el viñedo ha multiplicado por 10 la flora de su entorno, algo que también ha repercutido en la fauna, pues puedes ver cernícalos e incluso algún corzo que se pasea por el viñedo” y añade “la naturaleza nos está dando cantidad de información de forma ‘gratuita’”. Pero no sólo son percepciones, sino que, los datos recogidos durante todos estos años avalan la eficacia de esta forma de trabajar: “La analítica inicial nos daba unos 600 kg/ha de materia viva, ahora 1.400”.
Al trabajar en ecológico y biodinámico han visto cómo ha mejorado la acidez de los vinos y se ha reducido su pH.
La vida del suelo ha repercutido a su vez en la calidad del vino: “También han mejorado la acidez de los vinos y reducido su pH. Ahora obtenemos vinos más frescos y longevos. A nivel enológico es más fácil trabajar pues son vinos más equilibrados, sin aristas, ricos… ¡y sanos!”, explica Sergio.
A pesar de los beneficios que ve, también encuentra una parte negativa pues se siente molesto al ver que, en los últimos tiempos, esta forma de trabajar el viñedo se use como “una estrategia de marketing, cuando para mí es una forma de vida, es lo que he hecho toda mi vida”.
Las técnicas biodinámicas no sólo se emplean en la viña, sino durante la elaboración, pues se rigen por el calendario biodinámico para realizar las labores de remontado y trasiego.
Las nuevas añadas ecológicas de Cruz de Alba
Cruz de Alba 2018 (18,79 €) se elabora con 18 hectáreas de viñedo, mezclando uvas procedentes de los tres tipos de suelo de la finca, arcilla, limo y arena: un coupage 100% tempranillo, con una crianza de 15 meses en barricas de roble francés y americano, tanto nueva como usada. Es un vino rubí profundo, del que destaca la fruta negra en nariz, con toques de hierbas aromáticas y ligeros tostados. En boca es fresco, de acidez media, redondo y persistente.
Cruz de Alba Fuentelún 2016 (27,29 €) es un tempranillo elaborado a partir del viñedo homónimo de 7 hectáreas, plantado en 1997, en combinación con otros tempranillos de la finca de suelos principalmente arenosos. La crianza fue de 20 meses, también con una combinación de barricas nuevas y usadas. Un vino con mucha fruta, en esta ocasión, con un perfil más de mermelada, redondo en boca, con buena acidez y persistencia.
Finca Los Hoyales 2015 (68,29€), el más especial de los vinos de Cruz de Alba. Se elabora con las viñas más viejas de la finca (60 años), que no superan las 2 hectáreas, con suelos de arena, situadas junto a un bosque de pinos. Este vino fermenta en barricas de roble de 500 litros y después continúa ahí, con sus lías, durante 22 meses sin trasiegos, sólo con removidos periódicos. Se embotella sin filtrar y espera en bodega unos 10 meses antes de salir a la venta. En copa, destaca fruta madura en nariz, aromas tostados; con taninos pulidos y gran persistencia en boca.
Periodista especializada en el sector del vino.
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