La huelga de transporte afecta ya de forma grave al sector vitivinícola

Las movilizaciones en el sector de transportes generadas por las subidas de los carburantes, al dispararse ante el conflicto ruso-ucraniano, afectan ya al sector bodeguero español, que ve peligrar los planes de recuperación del sector, comprometidos ahora por la escalada en los precios de la energía, los problemas con el transporte, el aumento de costes generalizado y la falta de suministros, como ya adelantaba la Federación Española del Vino la semana pasada en su Asamblea General.

Diversos sectores han anunciado ya su colapso y cierre. Una situación que ha llevado al Gobierno a adelantar a hoy jueves la reunión con los transportistas para encontrar medidas que logren un acuerdo.

En el sector del vino también ha habido repercusiones, aunque menos extremas: varias bodegas ya han anunciado que paralizarán parte de sus actividades, ante la falta de recepción de material auxiliar y la imposibilidad de contar con un transporte con garantías, tanto para los transportistas como para las mercancías.  Por un lado, hay pedidos que están acumulándose en los almacenes, al no poder darles salida, tanto a nivel nacional como internacional. Por otro, algunas bodegas afirman que han paralizado embotellados, al no recibir el vidrio necesario para tal actividad. Una situación que agrava aún más el contexto previo por el que pasaba el sector, ante la falta de suministros tras la pandemia, donde hubo una sobredemanda al retomar el ritmo normal tras la etapa de confinamientos de 2020. Ahora, esta nueva derivada amenaza con una posible huelga en el sector vidriero.

A ello, se suma el aumento del precio de la electricidad y los combustibles, potenciado a raíz de la invasión rusa a Ucrania, lo que incrementa los costes de producción, en muy corto espacio de tiempo e inasumible para las bodegas.

“Es preciso actuar con contundencia y rapidez para evitar que se deteriore aún más la situación”, ha señalado al respecto el director general de la FEV, José Luis Benítez, que ha pedido a Gobierno y transportistas llegar a un acuerdo cuanto antes y, sobre todo, acabar con los piquetes y acciones violentas que están afectando gravemente al sector.

La FEV, miembro de la Federación de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB), se ha unido por tanto a las demandas del sector agroalimentario y de la distribución para pedir al Gobierno, tal y como han expresado en nota de prensa: “contundencia y rapidez para poner freno a la huelga de transportes y aliviar en parte una situación ya de por sí muy negativa en el contexto internacional”. Por otro lado, admiten estar de acuerdo “en la necesidad de aunar esfuerzos para reivindicar y agilizar la aprobación de un plan especial de ayudas al sector del transporte en línea con los aprobados en países como Francia o Italia”.

Según datos de FIAB, el paro de transportes está teniendo un efecto devastador sobre toda la cadena de suministro de alimentación con pérdidas de 600 millones de euros, poniendo en peligro más de 100.000 puestos de trabajo. Un escenario que además se ve afectado también por la inflación.

Redacción

Redacción La Gaceta del Vino