Javier Pagés: “Queremos un sistema de plantaciones de vid flexible, poco o nada politizado y abierto al mercado”
La FEV, junto a la CEEV, solicitan que el nuevo sistema de plantaciones de vid sea flexible y se adecúe al mercado, no a decisiones políticas que perjudiquen al sector. Creen que el alcoholismo en menores debe prevenirse con educación. Y ven positiva la creación de la Interprofesional.
El presidente de la Federación Española del vino, Javier Pagés, junto a su secretario general, Pau Roca, y al secretario general del Comité Europeo de Empresas de Vino, José Ramón Fernández critican el nuevo reglamento europeo con el que, declaran, se perjudica el potencial que el vino español tiene a nivel internacional.
El Reglamento (CE) 1308/2013, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 17 de diciembre de 2013, por el que se crea una organización común de mercados de los productos agrarios, establece un nuevo sistema de las plantaciones de vid, basado en autorizaciones de plantación a partir del 1 de enero de 2016. Con él, la superficie de viñedo sólo podrá crecer un 1% al año, lo que supone un margen mínimo para países como España.
En opinión de Fernández, “España es el primer viñedo del mundo y en este asunto debería tener más voz”, ya que hay disparidad entre países respecto a la conformidad de la norma, pues no todos tienen la misma capacidad de producción. La norma entrará en vigor en 2016, pero aún hay tiempo de establecer los detalles concretos de su desarrollo.
Pagés pide “un sistema flexible, poco o nada politizado y abierto al mercado”, pues, como complementa Fernández “el viñedo es la herramienta de producción y se está definiendo por criterios políticos, no por una demanda real a medio plazo.”
En esta reunión, celebrada el 9 de julio en Madrid, horas antes de la destilación de crisis impuesta por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, surgieron las dudas sobre la necesidad de restricciones para evitar problemas de sobreproducción como los de la cosecha de 2013, a lo que Pau Roca alegó que eran problemas, aunque coyunturales, heredados de la inflexibilidad del sistema. Por tanto, apuestan por criterios de máxima flexibilidad para que cada productor viñedo en función de las demandas del mercado.
Recuerdan que estamos compitiendo en un sistema global donde otros muchos países no tienen restricciones y este tipo de limitaciones puede dejarnos fuera del mercado.
En cuanto a la polémica sobre el anteproyecto de ley para prevenir el consumo de alcohol en menores, dicen compartir la preocupación por el alcoholismo en menores pero “vemos el vino como un alimento y queremos fomentar un consumo responsable y como parte de la cultura”, afirma Pagés. Por ello trabajan con el Ministerio para conseguir una ley positiva para el vino, con la que se proyecte una cara amable del mismo, fomentando el consumo de vino como disfrute ya que “otro resultado sería fatal para el sector”.
Por su parte Roca apuesta por la educación para prevenir el alcoholismo, “con la nueva ley se quiere ocultar el alcohol, pero no educar en su consumo responsable”. Defiende así la visibilidad y niega que las prohibiciones previstas estén dirigidas a la educación.
Para finalizar, creen positiva la creación de la Interprofesional, medida también impulsada con el acuerdo unido a la destilación de crisis firmada por la Ministerio y la mayoría de representantes del sector. Las razones principales son la promoción del vino a nivel nacional e internacional así como poder asumir proyectos de innovación, investigación y tendencias de mercado para enfocar mejor el desarrollo del sector.
Redacción
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