Bélgica dispara sus exportaciones de vino gracias a Reino Unido
Las exportaciones de vino de Bélgica, un país que apenas supera en los mejores años los dos millones de litros de producción, alcanzaron en el interanual a octubre de 2021 los 124 millones de litros, frente a los 45 millones de litros del mismo periodo anterior, un 175% más, por valor de 455 millones de euros, que son un 159% superior, según ha reportado a La Gaceta del Vino, Rafael del Rey, director del Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv).
De estos 124 millones de litros, el 67% van a parar a Reino Unido, unas compras que se han disparado desde la puesta en marcha del brexit y que han pasado en un año de algo menos de 6,5 a 83 millones de litros, con un aumento del 1.213% y de algo más de 15 a 275,5 millones de euros, con una subida del 1.709%. Una auténtica locura.
Los vinos envasados encabezan las ventas de Bélgica, con 77 millones de litros.
La mayor parte de los vinos vendidos por Bélgica, concretamente 77 millones de litros, corresponden a vinos envasados, que han subido un 227%; 23 millones de litros a vinos espumosos, rubro que se ha incrementado un 344%; vinos a granel 20 millones de litros, con una subida del 27% y tres millones de litros a bag in box, aumento que supone el 670%.
Fuentes belgas consultadas por La Gaceta del Vino aseguran que las distribuidoras de vino de este país gozan de muy buena salud y han sabido sacar provecho del brexit, adelantándose a los deseos británicos de contar con distribuidores de confianza que, en líneas generales, acaparan productos de mucho valor añadido como champagne, vinos de Burdeos, Borgoña o del Valle del Loira, prosecco, chianti o franciacorta ante la incertidumbre del abandono de la Unión Europea. Curiosamente la presencia de vinos de otros orígenes como España, Portugal, Grecia o Norte de África son más testimoniales.
El caso de Bélgica da a entender que que lo más importante no es dar con la tecla de un importador de un país concreto. En ocasiones, puede ser más interesante trabajar con distribuidoras dedicadas a la reexportación.
Esta situación, unida a la que se produce en otros países como Holanda, que sirve también de plataforma de otros vinos como los de Sudáfrica, Chile, Hong Kong, Singapur, Dinamarca o Lituania da a entender que lo más importante no es dar con la tecla de un importador de un país concreto, ya que puede ser más interesante, en ocasiones, trabajar con distribuidoras dedicadas a la reexportación. Llama la atención que estas empresas acaparen productos franceses o italianos de primer nivel como el champagne o el prosecco y no lo hagan con denominaciones de origen punteras españolas o con un excelente producto como el cava.
Por otra parte, Bélgica cuenta también con plantas embotelladoras que trabajan para empresas importantes de supermercados o con marca del negociant o la distribución que les permite revender más de 20 millones de litros comprados a granel como vino envasado, ya sea en botella o en bag in box. Diez veces más que la producción nacional de un año bueno.
Las ventas belgas de bag in box son significativas, ya que recogen las pérdidas de otros mercados como el alemán o el danés, también reexportadores, que han sido superados en el mercado británico por la competitividad belga.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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