Un gel no tóxico para la limpieza de equipos de bodega sin pérdida de producto ni gasto de agua
Un equipo de investigadores de la Universidad de Stanford en California ha encontrado una manera de producir una nueva generación de hidrogeles a base de dos materiales muy abundante en la naturaleza y por tanto baratos. Uno de ellos es un polímero de celulosa que deriva de productos naturales como virutas de madera y residuos agrícolas. El otro es sílice coloidal: una suspensión líquida de nanopartículas que se obtiene a partir de arena.
Celulosa y sílice forman un gel estable. Mediante la modificación de su formulación, es posible desarrollar una amplia gama de propiedades mecánicas.
Los hidrogeles son amalgamas gelatinosas de polímeros reticulados que pueden absorber y retener grandes cantidades de agua. Sus aplicaciones son muy variadas, desde las capas absorbentes de los pañales hasta las lentes de contacto blandas. Su gran versatilidad se debe a que sus ingredientes principales pueden adaptarse y combinarse para proporcionar diversos grados de rigidez y porosidad.
Los problemas de los hidrogeles eran el alto coste de producción o la dificultad de producirlos a escala industrial que suponían los polímeros sintéticos utilizados hasta ahora, además de presentar a menudo problemas ambientales y de seguridad. Pero esta nueva investigación podría cambiar la situación.
La simplicidad del proceso desarrollado por el equipo de Stanford podría permitir la producción de hidrogel a nivel industrial, evitando el problema del coste alto y adaptándolo a una amplia gama de nuevas aplicaciones en la industria alimentaria.
Una de las aplicaciones estudiadas fue la limpieza de las tuberías de las bodegas. Actualmente, para eliminar el vino que queda en los tubos se utiliza agua, práctica que crea problemas en términos de pérdida de producto y consumo de agua
En este estudio se utilizó una formulación especial de este hidrogel con el fin de reemplazar el agua durante el vaciado del mosto presente en los tubos.
El hidrogel no se mezcla con el mosto y por lo tanto no hubo pérdida de producto; además, al estar constituido por materiales para uso alimentario no hubo ninguna transferencia de olores o sabores. Se consiguió efectuar la limpieza de los tubos con una reducción de las pérdidas de producto y del uso de agua.
Actualmente están en marcha pruebas a gran escala para mejorar su potencial comercial.
Fuente: Infowine
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