La app desarrollada por VISCA, para la gestión del viñedo, incorpora la técnica “crop forcing”

El proyecto europeo VISCA, en el que participa el Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA), ha desarrollado una aplicación para ayudar a los productores de viña a gestionar de manera más eficiente las incertidumbres climáticas, y minimizar así los costes y los riesgos a través de la mejora del manejo de la producción. Además, esta aplicación incorpora la técnica ajustada por el IRTA, crop forcing, que fuerza el rebrote de la viña en una época más tardía.

El proyecto, que está a punto de finalizar, está coordinado por la empresa Meteosim, especializada en servicios meteorológicos y ambientales, y, entre otros socios están la empresa Codorniu y el Barcelona Supercomputing Center- Centro Nacional de Supercomputació (BSC-CNS). Además, también participan socios de Francia, Italia, Portugal y Reino Unido.

«El aumento de las temperaturas provoca que la uva madure muy rápido desde un punto de vista fisiológico y eso incrementa la cantidad de azúcares que contiene. Pero fenológicamente el fruto está todavía muy verde y le faltan gustos y aromas, que son, precisamente, los parámetros que definen un buen vino», explica Joan Girona, investigador del IRTA que ha liderado este proyecto europeo.

Aplicación para ayudar al viticultor a la toma de decisiones

En este contexto, la aplicación desarrollada por VISCA ayuda al viticultor a tomar la decisión correcta. Según explican sus creadores sólo es necesario introducir en la app información de manera regular. Así, podrá prever, con las condiciones meteorológicas a medio plazo, cuáles serán las necesidades reales de la viña, para adelantarse y tomar mejores decisiones, en cuanto a la gestión del riego y el uso de fertilizantes; la realización de clareos de uvas o podas selectivas en verano según la estimación de producción; así como organizar todo el sistema de cosecha para que esté a punto para un día en concreto.

Las predicciones se basan en los datos meteorológicos proporcionados por Meteosim, con un alcance de hasta 10 días; y también en las predicciones estacionales que elabora el BSC-CNS, que recoge los datos de la plataforma europea Copernicus y las procesa para corregir los modelos y adaptarlos en la escala de los usuarios. Después, el IRTA aplica estos datos a diferentes modelos fenológicos, que se optimizan en base a inteligencia artificial, para predecir en qué fase estará la viña durante los próximos meses.

«El uso de modelos de predicción climática, que permiten prever cómo el comportamiento atmosférico a gran escala acabará forzando condiciones regionales, aplicados a modelos fenológicos permiten a los agricultores adelantarse a las condiciones que tendrán y decidir la mejor opción para sus cultivos con meses de antelación», expone Raúl Marcos, investigador potsdoctoral del Grupo de Servicios Climáticos del BSC-CNS.

Crop forcing, forzar el rebrote de la viña

Pero uno de los puntos clave de esta aplicación es que incorpora una técnica ajustada y afinada por el IRTA para controlar y mitigar la afectación de plagas y enfermedades en viña debido a las condiciones meteorológicas más extremas, cada vez más comunes en los últimos años. Se trata del crop forcing, que fuerza el rebrote de la viña en una época más tardía de lo habitual. Eso, además de prevenir enfermedades en el cultivo, consigue una mejor calidad del fruto, con una mejor carga de frutos que repercute en un vino de mejor calidad. Una práctica probada con éxito en variedades como la tempranillo y la chardonnay.

La metodología consiste en podar la viña en junio, para hacer que la planta rebrote de nuevo en una época más tardía de lo habitual. De esta manera se consigue que el cultivo no sufra las consecuencias de las inclemencias meteorológicas de la primavera, una combinación de lluvias y calor que favorece la aparición de plagas y enfermedades como el mildiu, un hongo que este año ha provocado pérdidas de hasta el 80% en el sector vitivinícola catalán, sobre todo en el Penedès y la Terra Alta.

Para poder lanzarla al mercado, el IRTA se encuentra en conversaciones con empresas para poder desarrollar la aplicación comercialmente.

Redacción

Redacción La Gaceta del Vino