Nace “Un Sueño en las Alturas” el nuevo vino de Pago de los Capellanes
La familia Rodero Villa, al frente de la bodega Pago de los Capellanes, ha presentado Un Sueño en las Alturas, el primer vino que elabora en las viñas viejas de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia de la Cuesta, tres pueblos de la zona más alta del sur de la Ribera del Duero.
Un Sueño en las Alturas es un tinto 100% tempranillo resultado de años de trabajo y conocimiento de esta frontera sur de la Ribera, caracterizada por la elevada altitud, una geología única y un patrimonio de viñedo antiguo que las familias de viticultores de estos pueblos han cultivado y preservado durante generaciones.
Con Un Sueño en las Alturas, la familia Rodero Villa reivindica el valor de las viñas extremas y del entorno natural de esta zona de laderas y vallejos agrestes al pie de los montes de la Serrezuela.
Geología y viticultura agroforestal
Las laderas y pequeños valles de Fuentenebro, Pardilla y Honrubia de la Cuesta conforman una de las geografías más singulares de toda la Ribera del Duero. En primer lugar por su geología, que data de una época muy anterior al resto de la Ribera: se formó hace entre 250 y 500 millones de años y es de composición silícea, con abundancia de gneis y depósitos de cuarzo, feldespato y mica. Estos minerales han sido importantes para la zona en un sentido económico: hasta los años 1980, había habido minas en Fuentenebro, donde aún se ven claramente las bocas y los desmontes de la actividad minera.
La particular geología aflora en la superficie en forma de suelos de arcilla de color rojo muy intenso. Sobre estas lomas se extiende la vegetación autóctona, perfectamente adaptada a las exigentes condiciones climáticas y físicas de las faldas de la Serrezuela. Además del resistente matorral continental, destaca la serie arbórea, formada por pinares en las áreas más altas, por encinares dispersos y por numerosos ejemplares de las especies más icónicas de estas latitudes castellanas: enebros y sabinas.
La Familia Rodero Villa apuesta por armonizar la presencia de árboles dentro de muchas viñas viejas mediante la práctica de la viticultura agroforestal. Se trata de integrar las especies de la serie autóctona, principalmente enebros y sabinas, dentro del ecosistema del viñedo con el objetivo de aprovechar la simbiosis vegetal y potenciar el equilibrio de todo el conjunto.
Redacción La Gaceta del Vino
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