El mercado del granel impulsa los precios en blanco y los congela en tintos
Los cambios de tendencia en los consumidores de vinos tintos a vinos blancos, el incremento de la demanda en espumosos y el estancamiento de los vinos tintos con crianza en el mercado internacional están marcando, según compradores internacionales consultados por La Gaceta del Vino, el devenir de las operaciones de compra-venta en el mundo.
La caída de las compras a nivel global por el pesimismo que existe sobre el futuro inmediato de la economía con conflictos como el de Ucrania o el de Oriente Medio, unido a la inflación y la subida de precios de insumos y fletes han hecho que las compras caigan paulatinamente, aceleradas por una menor producción aparejada a subidas de precios.
En el caso de España ha habido una aceleración de compras de vinos básicos blancos (airén, cayetana, zalema, verdejo…) destinados a mezclas en los países compradores o a la elaboración de espumosos y/o vermús. De esta forma, la mayor parte de las operaciones se están realizando con otros países productores como Francia, Alemania, Italia y Portugal.
Estas salidas repercuten de manera muy positiva en las arcas de bodegas y cooperativas de grandes volúmenes, aunque estadísticamente restan valor a las ventas de otros años más centradas en vinos de mayor precio, aunque no sabemos si de mayor valor añadido.
Francia ha frenado considerablemente sus ventas de vino a granel pese a haber tenido, por fin, una buena cosecha. Sus excelentes precios han sido muy positivos para los vinos blancos ofertados, incluso los rosados, pero se ha visto cierto freno en los tintos, una oferta que empieza a tirar con buenas oportunidades en Beaujolais, Borgoña, Loira y Languedoc.
Italia, con una cosecha muy corta, tiene difícil la venta de vinos blancos básicos (trebbiano) al reducirse la oferta en un 38% por lo que compra a España mientras vende los suyos o revende los adquiridos. Las ventas de pinot grigio y prosecco se pararon al dar salida a la práctica totalidad de la cosecha.
Nuevo Mundo
En el Nuevo Mundo, tanto Chile como Argentina esperan tener una mejor cosecha en 2024 después de los dos últimos años. En el primer caso, los stocks de tinto hacen que el país andino pueda ser tremendamente competitivo en monovarietales, mientras Argentina, que está incrementando su consumo interno, vive momentos de incertidumbre política y económica.
Sudáfrica, por su parte, espera que el invierno sea benigno con frío y lluvias, tras un verano tremendamente tórrido. Sus partidas de vinos blancos de chardonnay y sauvignon blanc se han agotado y ahora está dando salida a sus buenos vinos tintos y en lucha titánica contra una elevada inflación.
Australia, por su parte, respira tras alcanzar un acuerdo con China de eliminación de aranceles, ya que los stocks, especialmente de tintos, estaba ahogando la economía de sus bodegas. La empresa transnacional Ciatti subraya la presencia de compradores chinos en la World Bulk Wine Exhibition (WBWE) de Ámsterdam el pasado noviembre.
Nueva Zelanda, por su parte, continúa su excelente ritmo de comercio internacional con sus sauvignon blanc. En ambos casos parece que los fenómenos meteorológicos, al menos de momento, son buenos.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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