El olivar como fijador de gases de efecto invernadero

Es necesario reivindicar el papel que el sector agrario tiene como salvaguarda del medio ambiente. El olivar es un magnífico ejemplo de cómo todo un sector trabaja para luchar por un futuro más verde. Porque los científicos han establecido que este cultivo, lejos de contribuir al cambio climático, ayuda a fijar una ingente cantidad de gases de efecto invernadero.
Según un estudio del Consejo Oleícola Internacional, el ciclo de vida de un litro de aceite de oliva, desde que se produce hasta que se consume, genera una media de 1,5 kilos de CO2.
Pero al mismo tiempo, el olivar es capaz de llegar a fijar hasta 11,5 kilos de CO2 por cada kilo de aceite producido, generando un balance positivo de fijación de 10 kilos de gases de efecto invernadero.
Es más, el Consejo Oleícola Internacional, recuerda también que la fijación de carbono redunda en la capacidad del terreno de almacenar agua, por lo que ayuda a combatir la desertificación que amenaza a amplias zonas del Mediterráneo.Más si cabe en España, que atesora más de 2,5 millones de hectáreas de olivar de los 5,5 millones de hectáreas existentes en la Unión Europea.
Prueba piloto del Proyecto de Balance de Carbono
El Consejo Oleícola Internacional (COI) ha iniciado una prueba piloto del Proyecto de Balance de Carbono del olivar. Esta fase piloto representa un hito importante en los esfuerzos del COI por desarrollar una metodología y un software fácil de usar que permita a los operadores del sector oleícola medir el balance de carbono de sus olivares.

Redacción La Gaceta del Vino
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