Valdeorras, reino de la uva godello en la Galicia ourensana

En el medio de un paisaje de ensueño que agrupa valles, montes, bancales, caudalosos ríos, castaños, nogales, frutales y viñedos se erige Valdeorras, una denominación de origen que limita con sus vecinos leoneses de El Bierzo con los que comparte las variedades más comunes en ambas: godello, mencía y, en menor medida, palomino (jerez) y doña blanca.

Valdeorras se distingue por la importancia de la variedad godello, en suelos donde predomina el granito. De hecho, durante la vendimia de 2022 las bodegas adscritas a la DOP han recogido 6,5 millones de kilogramos de uva, de las que 4,3 millones corresponden a esta uva blanca. La elaboración de vino para este año se cifra en 4,5 millones de litros, tres millones de godello, 900.000 litros de mencía, 350.000 litros de garnacha tintorera y 200.000 litros de palomino o jerez. También se elaboran pequeñas cantidades de tempranillo o arauxa, doña blanca, merenzao o brancellao.

La vuelta de un buen número de emigrantes ha servido para poner en marcha nuevos negocios ligados al enoturismo, la apertura de establecimientos hosteleros y dar un frenazo a la España vaciada que, dado el envejecimiento de la población, ponía en peligro su supervivencia.

Bodegas históricas como A Tapada, de los hermanos Guitián, o Joaquín Rebolledo, han sido grandes impulsores de la DOP, pero el gran paso desde el punto de vista mediático lo da la bodega de Rafael Palacios, en el valle de Bibei, en O Bolo, donde comenzó su andadura en 2004.

Sobre un total de 24,5 hectáreas, los viñedos de Palacios se ubican entre 620 y 740 metros con laboreo de tracción animal y maquinaria ligera y un trabajo adscrito a la filosofía biodinámica. El resultado son vinos de gran proyección nacional e internacional como As Sortes, nombre basado en el sorteo de los minifundios cuando se llegan a heredar las propiedades de un difunto.

Mucho más moderna es la bodega Roandi, en Éntoma (O Barco), que data de 2008, aunque la familia Moral es cuarta generación de viticultores y posee 20 hectáreas de viñedo que elabora en su moderna bodega con capacidad para la conversión de uva en 600.000 litros de vino. Roandi es también una bodega atípica, ya que exporta más del 70% de la producción, buena parte de ella a Suiza, concretamente a Saint-Gallen, y ciudades cercanas donde la familia ha vivido y mantiene lazos empresariales.

Roandi es una bodega vanguardista, con vinos modernos, de nuevo cuño, con ciertos guiños a los millenials, con espumosos de godello y rosados de variedades tintas como mencía, sousón y brancellao, una apuesta tan arriesgada como divertida y valiente.

Desde 1985, los hermanos Guitián elaboran unos godellos extraordinarios, bajo la dirección técnica actual de los enólogos Pepe Hidalgo y Ana Martín, fruto de sus 12 hectáreas, de las que 10 de ellas están dedicadas a la reina de Valdeorras. Una finca digna de ver con castaños centenarios a su alrededor.

Joaquín Rebolledo, que puso en marcha su empresa hace 30 años, fue uno de los impulsores de la variedad godello en sus 35 hectáreas, aunque sus tintos se erigen entre los mejores de la zona y así lo han reconocido sus medallas en importantes concursos internacionales.

A Coroa es también una de las bodegas más emblemáticas de Valdeorras. Aunque las propiedades vitivinícolas de la familia Fernández datan de 1750, la nueva bodega echa a andar en 2002 con 18,5 hectáreas en producción integrada y unos vinos de la variedad godello realmente espectaculares.

Y es que Valdeorras, con una pluviometría que oscila entre los 850 y el millar de litros anuales, se ha convertido en una de las denominaciones de origen protegidas españolas con mayor proyección, con un paisaje paradisiaco donde se puede disfrutar de un barroco gallego tan espectacular como el de la Virgen de las Ermitas.

José Luis Murcia

Periodista. Miembro de AEPEV y  FIJEV