Contratos de vinos ¿no valen para nada?
Es una pregunta que mucha gente se hace, sobre todo cuando el precio del vino sufre fuertes variaciones. Es cuando comienzan a mirar las operaciones, a ponerle pegas, para terminar con la célebre: “renegociar los contratos”.
Me hace gracia esa expresión, pues es una forma elegante de referirse a lo que, en realidad, es un incumplimiento en toda regla de lo acordado a la hora de hacer la operación. Quiero, ante todo, decir que no es la tónica general, aunque sí está muy extendido, pero sigue habiendo firmas formales, serias, que cumplen con los contratos, se ponga donde se ponga el vino. Pero muchos otros, en cuanto hay una bajada de precios, rápidamente van a renegociar y si no, no se llevan el contrato de vino.
¿Dónde quedaron esos contratos que eran un mero recordatorio de lo acordado? Yo aún me acuerdo. Muchas veces solo con la palabra bastaba para cumplirlos; ahora se miran desde el punto de vista legal, si acaso, no desde el formal.
En este caso, el sector vendedor nos está dando una lección de formalidad, ya que mantiene sus contratos en la mayoría de las ocasiones. Lo que no pasa, por desgracia, con muchos del sector comprador, y más aún con los compradores de otros países, que en cuanto el vino baja un poco ya están llamando a las puertas de las cooperativas y de los vendedores para exigir precios nuevos. Vuelvo a decir que, salvo honrosas excepciones, no se puede meter a todos bajo el mismo manto.
Y esto sucede con los vinos a granel, pero también con los embotellados, sector donde quizá se acuse aún más la informalidad de empresas de la gran distribución alimentaria. Esos que no admiten subidas cuando el vino aumenta de precio, pero que, cínicamente, exigen bajadas en cuanto el vino baja lo más mínimo. Si no aceptas sus nuevas condiciones, no te retiran vino, negocian con otros y tú te quedas con tu contrato sin cumplir y con tu vino embotellado.
No hay que hablar más sobre esto, todo el mundo sabe qué está ocurriendo, y muchos tragan y tragan, pues es la manera de ir sacando vinos. Pero esto debería cambiar, si se le diera una lección a estas firmas que incumplen por norma los contratos, quizá se lo pensarían dos veces. Aunque es difícil. Tal vez sería efectivo para cambiar las cosas sacar algo similar a una lista negra para que, a quien no cumpla, no se le pueda vender vino.
O buscar cualquier otra medida, pero es un tema preocupante que deberíamos hacer, entre todos, algo para cambiarlo.
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