Error, frivolidad o manipulación
Cuando hay helada, pueden hacerse especulaciones erróneas sobre la evaluación de daños, ya que es algo muy subjetivo y muy difícil de calcular. A pesar de que siempre hay gente que, sospechosamente, se equivoca en el mismo sentido. No puedo sino mencionar algunos comentarios que han salido publicados, y que, desde mi punto de vista pueden hacer mucho daño al mercado de vinos, más si no son verdaderos.
No dar importancia a la helada, para mí, es un error. Efectivamente, no ha sido de la consideración que en un principio parecía, pero su “pellizco” de cosecha se ha llevado. Quien no lo quiera ver, allá él.
Pero ya decir que el año que viene trae una excepcional cosecha y que será excedentaria es, cuando menos, una temeridad, además de ser un comentario tendencioso, ya que decir eso en mayo es hacer vaticinios que pueden ser reales o no; acertar es una casualidad.
Ni tenemos una excelente cosecha, ni sabemos aún si seremos o no excedentarios, dese luego para decirlo hay que esperar a ver cómo se desarrolla la comercialización de nuestros vinos en su momento, no ahora. Estas afirmaciones ahora pueden dar lugar a que la gente crea que se hace con segundas pretensiones que están claras…
Poner precios a los vinos a los que no se ha operado, pero a la baja clarísimamente, por parte de quien tiene influencia en el mercado, es poco menos que una canallada, por el daño que se puede hacer a en un mercado en el que mucha gente se juega su medio de vida.
Además, y curiosamente, se pone un precio excesivamente bajo a los vinos blancos, a los que, al menos hasta hoy, no se ha operado, ya veremos si se opera o no, pero al día de publicarlos no eran reales. Y fallan también en los vinos tintos, pero, al contrario, poniendo un precio elevado al que tampoco se opera en este momento, por tanto, fallo en unos y en otros, aunque sea por diferentes motivos.
Se agrava aún más la situación cuando se presume y casi diría yo que se anima al sector comprador a que sean unos informales. Sí, decir que se van a renegociar (o se debería) los contratos a la baja al vendedor por parte del sector comprador, porque el vino está bajando y porque va a bajar, eso, no tiene nombre. Es decir, anima al comprador a que incumpla sus contratos, cuando a lo mejor el vendedor ha servido unos contratos que se hicieron a precio más bajo de los que ha tenido el mercado por hacerse recién terminada la vendimia. Y en ese momento no se animaba al vendedor a “renegociarlos al alza” porque el vino estaba subiendo.
No digan ni llamen renegociar a lo que simplemente es una falta de formalidad y de palabra. No señor, nuestra gente no es así, y si hay alguno, no hay que animarlo, hay que reprocharle su actitud. Los contratos se hacen para algo y se deben cumplir por ambas partes.
En fin, puedo equivocarme, muchas veces lo he hecho y admito la crítica, pero si El Correo del Vino lleva más de setenta años informando y aún goza de la confianza de sus lectores, es porque saben que siempre lo escribo con la cabeza, y con el corazón, y con la honestidad de creer firmemente que lo que digo es lo que pienso realmente, sin influencias, acertando o errando, eso está en ustedes calificarlo, pero nunca manipulado o manipulando la noticia. Parece ser que no todos somos iguales.
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