La ministra francesa de Sanidad resiste los envites del lobby antialcohol
El actual Gobierno francés, presidido por Emmanuel Macron, ha continuado la senda iniciada por los anteriores ejecutivos con la excepción del presunto corrupto Nicolas Sarkozy, y está resistiendo las fortísimas presiones del lobby antialcohol, envalentonado por las políticas abstencionistas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y espoleado por los intereses de quienes pretenden derivar a los consumidores a bebidas sin alcohol, pero no necesariamente más sanas.
Los antialcohol han logrado minimizar y hasta esconder los estudios médicos que aseguran que el vino tomado moderadamente puede ser beneficioso para la salud. Numerosos ejemplos, desde la tradicional paradoja francesa que resalta la baja incidencia de enfermedades coronarias en el país, pese a consumir grasas animales, a otros beneficios como la lucha contra la depresión o el logro de una mayor felicidad desde el punto de vista hedonista, son rechazados sin mayor debate.
En este contexto son de agradecer las palabras de Macron en la inauguración del Salón de la Agricultura de París el pasado 22 de febrero en las que declaró textualmente que “existe un problema de salud pública cuando la juventud se emborracha a marchas forzadas con alcoholes fuertes o cerveza, pero esto no ocurre con el vino”. Contestaba así el jefe del Estado francés a los argumentos de un grupo de nueve médicos que, días después, volvían al ataque con una tribuna aparecida en el diario Le Figaro titulada: “Visto desde el hígado, el vino es alcohol”. En ella, Michel Reynaud, presidente de la Fundación contras las Adicciones; Nicolas Simon y Bernard Basset, presidente y vicepresidente de la Asociación para la Prevención del Alcoholismo y la Adicción; Irène Franchon, neumóloga en Brest; Catherine Hill y Serge Hercberg, epidemiólogos; Amine Benyamina, psiquiatra, Albert Hirsch, de la Liga contra el Cáncer, y Gérard Dubois, de la Academia de Medicina, abogaban por endurecer las leyes y cambiar el mensaje de “El abuso de alcohol es peligroso para la salud” por el de “El alcohol daña la salud”. Esta propuesta ha sido, además, contestada por la ministra de Sanidad, Agnès Buzyn, que considera que roza la prohibición.
En este sentido, la ministra considera que el mensaje que debe trasladarse a los consumidores es que “el alcohol daña la salud de manera proporcional a la dosis en que se consuma y cada uno debe tener la capacidad de decidir”, sin prohibiciones.
Los médicos antialcohol aseguran que esta sustancia mata más en Francia (49.000 personas al año) que las armas de fuego en Estados Unidos (33.000 personas al año) y que debería establecerse un impuesto que gravara los gramos por litro de alcohol, además de establecer un etiquetado obligatorio en el que consten las calorías, el azúcar y los gramos de alcohol por litro.
El Ejecutivo francés ha decidido no endurecer más la conocida Ley Evin que limita la publicidad y la promoción del vino, advierte de sus efectos nocivos contra la salud y habla gráficamente de sus consecuencias para mujeres embarazadas. No parece que corran buenos tiempos para el vino y para los médicos defensores de su consumo moderado y responsable.
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José Luis Murcia
Periodista. Presidente de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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