‘El olivar español goza de buena salud, pero debe aprovecharlo para consolidarse
El alto grado de competitividad, el elevado nivel de calidad, el alto porcentaje de mecanización, la sostenibilidad del cultivo y el carácter emprendedor de los olivareros constituyen las principales fortalezas del sector del olivar. Así lo expusieron en la XXV Jornada del Olivar, organizado por ASAJA-Sevilla, en Estepa, con la colaboración de la Fundación Caja Rural del Sur, Oleoestepa, Todolivo, Syngenta y ASEGASA.
La jornada fue inaugurada por el alcalde del Ayuntamiento de Estepa, Antonio Jesús Muñoz, el Coronel Jefe de la Plana Mayor de la Guardia Civil en Andalucía, Antonio Ramírez, el presidente de Oleoestepa, Alfredo García Raya, y el presidente de ASAJA-Sevilla, Ricardo Serra.
ASAJA-Sevilla sentó en una mesa redonda a la subdirectora general de Cultivos Herbáceos e Industriales y Aceite de Oliva del Ministerio de Agricultura, Silvia Capdevilla, el jefe del Departamento Alimentario de Extenda, Pablo Lería, el director gerente de Oleoestepa, Álvaro Olavarría, el asesor técnico del IFAPA Alameda del Obispo de Córdoba, Victorino Vega y el director comercial de Todolivo, Manuel Cera.
Un sector dinámico que supera tópicos
Estos cinco expertos, en un debate moderado por el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, abordaron desde todos los ángulos posibles el presente y el futuro del sector del olivar, un sector agronómicamente heterogéneo, en el que conviven explotaciones no profesionales, que constituyen un complemento de renta para sus titulares (el 50% tiene menos de dos hectáreas), con otras mejor dimensionadas y en muchos casos reconvertidas, que están inmersas en un proceso de innovación y mejora continua y son las que van marcando camino, tal como apuntaron Victorino Vega y Manuel Cera.
La radiografía nos muestra a un sector dinámico que va dejando atrás muchos de los tópicos que arrastraba. Como expusieron todos los presentes el aceite español ha apostado por la calidad, tal como apuntaron Silvia Capdevilla y Pablo Lería, el virgen extra es la categoría con la que España se presenta fuera de nuestras fronteras, lo que ha llevado a que siete de los 10 mejores aceites del mundo sean hoy españoles (Guía EVOOLEUM World’s TOP100 Extra Virgin Olive Oils 2017).
Pablo Lería combatió también otro tópico: la venta de aceite español a granel a Italia que, si bien sigue siendo importante -tres de cada diez kilos de aceite que se comercializan viajan en cisterna hasta el país transalpino- se ha reducido en 10 puntos en los últimos diez años. En 2007 representaban el 40% de todas las ventas y en 2016 suponen sólo el 30%.
Frente a la fortaleza de la exportación, impulsada por el crecimiento de los nuevos mercados que consumen ya el 28% de todo el aceite que se comercializa, causa preocupación el descenso del consumo interno, así como la banalización del aceite de oliva por parte de la distribución que como denunció Álvaro Olavarría persevera en su estrategia de la “venta a pérdidas”.
Junto al incremento de la calidad, y a la apuesta por la innovación y la mecanización, la competitividad, la sostenibilidad y el carácter emprendedor son las otras fortalezas del olivar español que destacaron los expertos.
El olivar más competitivo del mundo
Tal como señaló Álvaro Olavarría, según los datos que ofrece el COI, el olivar español es el más competitivo del mundo. La media de producción de aceite de oliva por hectárea está en España en 454 kilos, casi el doble de lo que se obtiene en Italia (242 kilos/ha.) o en Portugal (236 Kg/ha.) y a años luz de lo que producen países como Túnez (93 kg/ha.)
Pero además el olivar en general y el español en particular, tal como pusieron de manifestó Silvia Capdevilla y Álvaro Olavarría, está bien situado ante los compromisos medioambientales y climáticos, puesto que la sostenibilidad constituye una de las principales características de esta producción, frente a otras grasas vegetales, como el aceite de palma, cuya balance medioambiental es muy controvertido.
Pese a estas indudables fortalezas los expertos destacaron seis retos ineludibles para el olivar: recuperar el consumo interno, profundizar en la internacionalización de empresas y marcas, mantener el ritmo de modernización y la apuesta por la calidad y la innovación, lograr la mecanización integral del cultivo, consolidar el cambio de concepto de aceite-comodity a aceite-premium y lograr que todos los países productores reconozcan las normas del COI para que todos juguemos con las mismas reglas.
Tal como indicaron el director gerente de Oleoestepa, Álvaro Olavarría, y el secretario general de ASAJA-Sevilla, Eduardo Martín, es en estos años de bonanza en los que el sector tiene que trabajar con más intensidad en la superación de sus retos, puesto que cuando llueven los problemas la capacidad de enfocar el futuro con un horizonte amplio se reduce.
Vigilantes ante la amenaza de la Xylella
La jornada se completó con dos conferencias técnicas centradas en las medidas de prevención y lucha contra la xylella fastidiosa, una de las principales amenazas para el olivar.
Andalucía cuenta con un Plan de vigilancia para la prevención y lucha contra la xylella fastidiosa en el olivar que, tal como informó el jefe del Departamento de Sanidad Vegetal de la Delegación Territorial de Agricultura, Enrique López, ha propiciado el desarrollo de casi un millar de actuaciones en toda la región en el presente ejercicio: 404 actuaciones en viveros en Andalucía y 44 en Sevilla, todas ellas negativas, y 483 actuaciones en explotaciones en Andalucía, 58 en Sevilla, también todas negativas.
La estrategia más importante de lucha contra la Xylella es la prevención, como recordó Enrique López, puesto que no hay tratamiento para combatirla, son importantes las buenas prácticas fitosanitarias y el control de los viveros, para asegurarse de que todo el material vegetal que llegue cuente con su pasaporte fitosanitario.
Por su parte, el investigador del Instituto de Ciencias Agrarias (CSIC), Alberto Fereres, expuso los distintos vectores de Xylella y las posibles estrategias para su control. Tal como indicó Fereres Andalucía está en riesgo moderado, la bacteria aparece con más frecuencia en zonas costeras.
En Europa los principales vectores de la enfermedad son los cercópidos y dentro de este grupo destaca la cigarra espumadora (Philaenus spumarius) que se puede detectar fácilmente por la espuma que genera la ninfa para protegerse y mantener la temperatura y humedad adecuadas para su desarrollo.
El Instituto de Ciencias Agrarias (CSIC) cuenta con dos explotaciones testigo en la provincia de Sevilla, una en Osuna y otra en Constantina, y si bien en ambas explotaciones se encontraron abundantes “espumas”, aparecieron muy pocos adultos.
La presencia de las ninfas o “espumas” es más abundante en las plantas neocotiledóneas y en las gramíneas por lo que es recomendable el desbroce temprano de las cubiertas vegetales para acabar con las ninfas.
Y precisamente de cubiertas vegetales y de su manejo habló en su ponencia el responsable técnico Syngenta, Juan Trigos, quien recordó que la cubierta vegetal hay que desbrozarla siempre para evitar la competencia con el cultivo, si bien ahora se introducen nuevos factores a contemplar en la elección del momento del desbroce como es el de la amenaza de las ninfas de spumarius.
Por último, Trigos apuntó que la siega mecánica deja menos restos vegetales que el control con herbicidas y además deja las raíces, que continúan absorbiendo humedad del suelo, por lo que apuesta por la siega química, que en el caso del suelo bajo la copa del olivo debe hacerse utilizando herbicidas que no dejen residuos, como el Terafit, un herbicida sistémico para aplicaciones de preemergencia y postemergencia temprana con actividad residual y de contacto para el control de malas hierbas de hoja ancha y estrecha.
Fuente: ASAJA
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