Francia hace balance de una cosecha históricamente baja
Solo Languedoc-Rosellón va a perder 240 millones de euros en relación con la cosecha anterior, según fuentes de las organizaciones agrarias francesas, que exigen al Gobierno exenciones fiscales y medidas de apoyo para salir del bache, a la par que realizan un llamamiento para hacer más atractivos los seguros agrarios que, en estos momentos, apenas alcanzan al 20% del total del viñedo.
Diversos medios de comunicación franceses recogen las palabras del secretario general de la Federación Nacional de Sindicatos Agrarios (FNSEA), Jérôme Despey, en las que apela a la sensibilidad del ministro del ramo, Stéphan Travert, para que adapte su respuesta al mal momento que atraviesa la viticultura francesa que “ha quedado muy tocada por una cosecha históricamente baja debido a los efectos climáticos adversos”.
Despey considera que la situación casi dramática que viven muchos viticultores debe desembocar, en primer término, en la exoneración fiscal de sus propiedades agrícolas y de las cotizaciones de la seguridad social. Asimismo, ha hecho un llamamiento para negociar el aplazamiento de sus deudas, ya que, a su juicio, la situación es de extrema gravedad.
Despey, viticultor en la zona de Hérault, ha señalado que la cosecha de Languedoc-Rosellón es la más pequeña desde la segunda guerra mundial y que una subida de precios, tanto en la uva como en el vino, no va a paliar en absoluto la situación de las empresas vitícolas de la región, algo que se hace extensivo a otras muchas áreas del país.
Despey considera que la situación casi dramática que viven muchos viticultores debe desembocar, en primer término, en la exoneración fiscal de sus propiedades agrícolas y de las cotizaciones de la seguridad social
El dirigente agrario recuerda que las subvenciones que el Estado se comprometió a pagar en 2015 llegaron tarde y exige que la Administración se implique mucho más para evitar problemas de tesorería en las empresas durante 2018.
A la vez, y recordando que se han producido episodios importantes de sequía, solicita una planificación de obras hidráulicas con la finalidad de retener agua cuando se producen lluvias abundantes y utilizarla en las épocas de escasez.
La vendimia en Languedoc-Rosellón han terminado de manera precoz por las heladas severas de primavera, la caída de la flor o del fruto de las vides y la sequía que azota la zona desde hace más de seis meses. De esta forma, la producción en 2017 en esta área se estima en 10,35 millones de hectolitros frente a los 12,4 millones de hectolitros de 2016. Francia en su conjunto no llegará, probablemente, a los 39 millones de hectolitros. Un desastre, en palabras de la mayor parte de los viticultores.
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José Luis Murcia
Periodista. Presidente de AEPEV-FIJEV.
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Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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