Comenzamos una nueva campaña

Terminamos en unos días una campaña, que ya tendremos tiempo de analizar, y miramos ya a la siguiente, con ilusiones renovadas, nuevos ímpetus y sueños.
Es pronto para analizar lo que puede dar de sí esta campaña que comenzamos ahora, pero es cierto que las perspectivas para el sector, en su conjunto, no son malas.
Comienzo comentando la situación en la que va a estar Francia, si se confirman las primeras estimaciones: una cosecha de 37 a 38 millones de hectólitros, con un descenso de un 17%. Son sólo las primeras estimaciones, pero es una pésima cosecha, de las peores de su historia reciente. Por otro lado, Italia estima una merma de un 5%; Alemania igual. Francia va a necesitar comprar bastante cantidad de vino. Si en un año normal nos puede comprar nueve millones de hectólitro, este año la cifra se puede incrementar considerablemente. Tendrá que comprar bastante, otra cosa es que nos lo compre a nosotros o vuelva la mirada, por motivo de precio, principalmente, a países terceros, como ya hizo esta campaña que termina, comprando en Sudáfrica, por ejemplo, al estar el vino muy caro en España.
A España se le presenta una vendimia complicada, la sequía y otros fenómenos climatológicos han mermado la cosecha y si no cambia mucho la situación en los próximos días la merma se puede acentuar. Esto se puede traducir en un aumento del precio de la uva y por tanto en el precio de salida del vino elaborado. La situación en los países productores puede ser similar a la nuestra.
Entonces ¿qué puede suceder? Difícil la previsión, pero podemos entrar en un incremento de precios del vino que, por un lado, puede dar lugar a que nuestros compradores internacionales nos den la espalda. Por otro lado, podemos ver que, si todos los países están en la misma situación, y tienen un auge similar de precios, como pueden ser Italia y Francia, entonces estaremos en las mismas condiciones, con lo que la subida se puede consolidar. Si todo el mundo acude a comprar a terceros países, como el ejemplo que he puesto antes de Francia con Sudáfrica, el vino rápidamente se agotaría al no ser grandes productores. Tendríamos que esperar a ver la próxima cosecha del cono sur y países como Argentina o Chile, que en estos momentos no serían competencia por lo corto de sus cosechas. Argentina está importando vinos chilenos en estos momentos, por tanto, tendríamos que esperar a abril-mayo, para ver qué cosecha tienen.
En estos momentos, y hablando ya del mercado doméstico interior, reina el desconcierto y el temor, casi por todos los extremos del sector. Del precio de la uva (y miren qué fecha tenemos), aún no se habla, se dice que estará más cara que el año pasado, que no fue ya barata, pero no se le pone guarismo a esta impresión. El elaborador ve que se enfrenta a una cosecha en la que tendrá que pagar la uva cara, que la uva de secano puede tener un rendimiento fatal. Sabe por experiencia que de lo caro sobra, y va a tener que vender sus vinos muy caros para poder juntar el dinero que le va a costar la uva, por lo que está temeroso en este aspecto.
Ya veremos, no se puede predecir con exactitud lo que puede pasar, lo iremos desmenuzando conforme vaya comenzando la vendimia y se sepan precios de uvas y precios de vinos nuevos, junto con la cantidad de cosecha. Una vez que sepamos esos tres datos será un poco más fácil hacer conjeturas.
El Correo del Vino se toma unas pequeñas vacaciones. En El Correo del Vino Diario seguirán teniendo toda la información. A quien se vaya de vacaciones, que descansen y tomen fuerzas, merecido lo tienen y falta hará.

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