El mar tras los adoquines (nuevos mercados para la exportación)
Las empresas vinícolas españolas no suelen arriesgar al escoger los mercados a los que llevar su vino. Esta estrategia podría resultar una obviedad y de lo más sensata si no fuese por el sabido dicho que reza “quien no arriesga no gana”, así como por los beneficios que pueden encontrarse en mercados menos trillados o frecuentados por nuestra competencia.
Los prejuicios y el desconocimiento de las realidades del mercado global nos colocan muros enfrente que pueden tener detrás, como los adoquines de París, la playa.
La empresa vinícola española que tiene en la exportación uno de sus pilares de ventas suele apostar sobre seguro, por lo menos en lo que se refiere a los mercados a los que llevar sus buques insignia. Los mejores vinos, a los grandes mercados. La Unión Europea y América son los principales destinos elegidos para los vinos de más valor, destinos en los que tienen que competir con más invitados a la fiesta, y en los que el valor añadido y la diferenciación son claves para destacar. Así vamos. Si bien es verdad que en los últimos tiempos ha habido algunas alegrías y el valor de nuestros vinos parece ir subiendo.
Asia, el perejil de todas las salsas, se reduce a China y Japón, que juntos suponen el 84% del volumen y el 80% del valor de las exportaciones españolas de vino en Asia (según datos del ICEX y el OEMV). Poco les dicen las previsiones de crecimiento de países como Vietnam, Filipinas o la ya consolidada Corea del Sur, cuyas cifras de clase media prevista para los próximos años es muy alentadora. Además, estos mercados llevan tiempo demostrando que no sólo quieren vino barato, y que con un envite a la grande puede uno posicionarse bien y tener buenas ventas.
Un destino poco trabajado, por lo menos en los segmentos altos de precios, es África. El continente del sur es uno de nuestros puntos fuertes en cuanto a exportaciones de vino, la mayoría a granel, eso sí, del que somos el segundo vendedor en África del Este, por detrás de Sudáfrica (17% del total). Por lo que se refiere al África Occidental, hemos bajado en nuestras exportaciones, pero Nigeria (10,6 Millones €) y Costa de Marfil (+18,5% en Volumen y +33% en Valor) sujetan nuestras esperanzas. ¿Por qué no enviar mejor producto? La percepción del vino español en la zona es muy buena, y hay unos sectores de expatriados y hostelería turística que están deseando la llegada de producto español de calidad, pues la imagen del vino español en calidad-precio es superior a la de sus competidores. Ahí lo dejo.
Oceanía, a pesar del respeto al dingo australiano y a los Sauvignon Blanc neozelandeses, parece estar ganando intrépidos exportadores que se han dado cuenta de que es un mercado muy similar al británico, y que no está cerrado a gratas experiencias con los excelentes vinos europeos, y más con la buena fama de los españoles. El valor de las ventas durante 2016 llegó a los 12,9 millones de euros, y la presencia de bodegas españolas aumentó un +65,9% entre 2008-2016, lo que muestra la buena acogida de nuestros vinos.
Hay más posibilidades que los destinos tradicionales, e incluso dentro de estos hay otros que pueden darnos grandes sorpresas y satisfacciones. Está bien ir sobre seguro, pero también se puede abrir mercado, tomar una posición privilegiada. Ojalá tendencias innovadoras como la de Oceanía sean contagiosas y, tras muros y adoquines, veamos al fin el mar.
Óscar Varela
Periodista, viticultor y productor de vino.
Consultor en comercio exterior.
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