El ciclo anual de un viñedo. Capítulo 4. Final de invierno. Mantenimiento
Esta semana en Yecla, en algunas zonas más precoces, ya ha empezado el lloro. Pero de momento me voy a centrar en lo que ocurre en la mayoría de parcelas.
El final del invierno está próximo, las cepas prácticamente están todas podadas y todavía en fase de dormición. Pero no por ello nos podemos dormir. Ahora es el momento de hacer ciertas tareas que durante el resto del año o bien no son apropiadas, o no hay tiempo para ello.
En primer lugar, si no se ha hecho aún, hay que hacer la quema de restos de poda, o bien su trituración. Por otro lado, si la poda es en guyot, habría que atar las varas en los hilos de la espaldera si no se realizó previamente.
Dejando la planta de lado, es el momento de poner al día las revisiones y reparaciones necesarias del material agrícola.
Si la finca es de riego, también es momento de hacer una puesta a punto de las balsas, cabezales de riego y tuberías. Existen varias maneras para descalcificar y eliminar restos de material orgánico. Las opciones pueden ser de manera química, o bien de manera física quitando y apartando lo que no conviene. Doy por hecho que si han habido roturas que no se repararon, ahora es el momento.
Volviendo a la parcela, es un buen momento para quitar las cepas muertas y reponerlas por las nuevas.
Hay quien también aprovecha esta época del año para injertar. El injerto es la acción en la cual se une el pie con un clon varietal. Es decir, si la finca es adulta y hay ciertas cepas muertas, lo normal es que exista mucha competencia para una pequeña planta joven. Para asegurarse, ciertas propiedades apuestan por plantar pies americanos que son más rústicos y dejarlos que crezcan un año. De esta manera desarrollan mejor el sistema radicular. Al año siguiente se les injerta un clon varietal, con el cultivar de uva que se haya elegido. Para realizar el injerto es preciso esperar dos años, pero se asegura que la planta se desarrolle plenamente.
Para acabar,con las últimas lluvias de los pasados días, se ha llegado a alcanzar los 80mm. Esto supone ciertas virtudes y riesgos. Por un lado, las necesidades hídricas estarán cubiertas hasta verano. El vigor va a ser más pronunciado este año, por tanto habría que hacer poda en verde para que la planta pueda dar calidad y no cantidad. Pero el máximo riesgo será cuando allá por junio se junte la humedad en el suelo, con el calor, y el material vegetal esté aún tierno. Podría ser el caldo perfecto para los hongos. Además, ciertas plagas pueden encontrar su nicho en ciertas malas hierbas. Por tanto, no hay que relajarse. Hay opciones para hacer muy buena calidad, pero también de perderla.
Espero que no nos perdamos.
Arturo Blasco
Enólogo
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Licenciado en Enología.
Master en Dirección de Marketing y Ventas.
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