Navidades en la diversidad con vinos para todos los gustos
Es llegar las fechas próximas a la Navidad y comenzar a pensar en comprar cava o champán, según los gustos y el bolsillo, para celebrarla. Pero la grandeza del sector vitivinícola mundial, en general, y español, en particular, es de una variedad tal que ofrece posibilidades para todos las tendencias, paladares e inclinaciones.
No seré yo el osado que se atreva a decir que es una horterada brindar con espumoso (cava, champán, prosecco, sekt o franciacorta…) tras tomar las uvas de rigor o cenar con el cuñado o la suegra. Por lo pronto, hemos superado, en gran medida, esa manía de llamar champán al primer espumoso de medio pelo, generalmente semiseco, que caía en nuestras manos para el brindis de Nochevieja y que permanecía inalterable en la copa hasta bien avanzado el día siguiente. Hoy, la mayor parte de los consumidores optan por los espumosos brut, sin rechazar, claro está, para gustos los colores, aquellos que prefieren los semisecos o esa sidra con burbujas, de calidad muy justita, que es famosa en el mundo entero.Son cada vez más los españoles, tengan o no flequillo a lo Puigdemont o a lo Anna Gabriel y estén o no asentados sobre una estelada y una barretina, que optan por el cava para acompañar comidas de principio a fin, que armonizan sus aperitivos con espumosos de calidad y que los consumen en cualquier época del año y a cualquier hora. Y todo ello pese al arraigo enorme que supone la tradición del brindis en copa de flauta, una herencia más propia de los burdeles de madame Pompadour que del placer que supone consumir un gran espumoso en una copa grande y abierta.
Pero es que una época como la Navidad es también ocasión para experimentar el placer de degustar nuevas variedades españolas o foráneas, de abrir la mente a vinos tan especiales como los Jerez, los Montilla-Moriles, los Condado de Huelva, los Fondillón o los Vermús, cuya moda, afortunadamente, ha vuelto.
Puede ser hora para descubrir que, además, de Rioja, Ribera de Duero o Priorato, existen otras zonas menos conocidas donde podemos experimentar el placer de descubrir variedades escasamente conocidas y de excelente nivel como la juan garcía, la monastrell, la Moravia agria, la albilla de Manchuela, la garnacha tintorera, la baboso negro, la callet, la moristel, la sousón, la brancellao…y tantas y tantas otras.
La Navidad puede ser un momento excepcional para reencontrarnos con el vino, para disfrutar de sus aromas y cualidades, para gozar a lo grande. A aprovechar.
Periodista. Miembro de AEPEV y FIJEV
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